El centro psiquiátrico dentro del complejo hospitalario de Orsay es un conjunto de edificios, algunos de los cuales, como el chateau , son muy antiguos. "La Maison de l`Olivier" está contigua a este conjunto. Las pistas del tren suburbano del RER corren justo detrás del banco.

El terreno bajo los edificios existentes ha sido empujado hacia atrás para crear la pared exterior protectora, el anillo verde. En el emplazamiento hospitalario, las bajas paredes blancas marcan el acercamiento a través del paisaje, llevando al volumen blanco, las manchas del cielo reflejadas en el efecto espejo del acero pulido. La entrada se sujeta de forma muy natural bajo el voladizo.

El edificio está organizado en varios niveles diferentes de privacidad para encajar con el enfoque terapéutico. Esta diferenciación de espacios tiene el doble beneficio de ayudar a orientarse por el interior del edificio, asegurando al mismo tiempo la seguridad de los niños. Siempre hay una vista hacia el exterior que permite a la mente vagar y dejar perder la vista en el paisaje. La tranquilidad de los jardines acompaña el silencio de los dormitorios. El paciente puede descansar ubicado en la colorida alcoba, en una cama mirando al patio y más allá, el bosque.

Varias salas al aire libre se escabullen fuera del edificio, donde la grava cruje como nieve bajo el pie. El patio central principal con su olivo es como una sala de estar alrededor de la cual se puede vagar libremente. Todo fluye con las límpidas curvas del cristal, alentadas por suaves particiones detrás de las cuales se ocultan los servicios. Alrededor, los pequeños patios proporcionan luz solar y la suavidad de los guijarros.

En la terraza, la abundante vegetación se extiende en la distancia.

Con sus aberturas alternas, la piel atribuye a una calma precisa. Cada panel de vidrio es emparejado por un opaco, creando la impresión de un nuevo exterior. La vista, la fragancia y la luz se introducen en una sola ráfaga refrescante.

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