Cataluña quiere hacer del sector de la salud uno de los motores de la economía, aprovechando que el modelo sanitario catalán de financiación pública con proveedores de servicios privados ha creado un potente sector empresarial, según explicó el presidente de la Generalitat, José Montilla, al presentar un estudio sobre el sector elaborado por la Cambra de Comerç de Barcelona: "Hemos de aprovechar para el futuro un sector en el que Cataluña es puntero", señaló.

El gasto en salud supone el 7,2% del PIB catalán y en Cataluña, a diferencia de lo que sucede en el resto del Estado, el 34,1% de ese gasto procede del sector privado. Las familias catalanas destinan directamente el 3,2% de su presupuesto a la compra de bienes y servicios sanitarios, explicó el presidente de la Cambra, Miquel Valls, en buena parte por las 1,7 millones de personas que tienen un seguro privado de salud.

El peso del sector privado hace que en Cataluña haya un nutrido tejido de empresas del sector, desde aseguradoras, farmaceúticas, de tecnologías médicas y biotec. Estas empresas, señala el estudio, captaron en los últimos años una inversión extranjera directa de 236 millones de euros, el 39% de la que se destinó al sector en toda España, mientras las empresas catalanas invirtieron en el exterior 281 millones, el 61% de las inversiones realizadas por las empresas de todo el estado.

Cataluña destaca también por el número de equipamientos sanitarios (concentra el 26% de los hospitales del estado) y por su calidad (catorce de los 20 primeros del estado son catalanes y entre ellos están los tres primeros del ranking), así como por el nivel de su I+D.

La consellera de Salut, Marina Geli, recordó el impacto del sector en el empleo: tiene a 232.421 trabajadores, el 7,3% de todos los de Cataluña, el 60% de ellos con estudios superiores. Además, recordó Geli, está extendido por todo el territorio de forma que, en ciudades medias como Olot, Manresa o Terrassa, la principal empresa es sanitaria.
Su modelo sanitario mixto ha creado un sector empresarial