Atmósferas domésticas en el nuevo Pediatric Cancer Center del Hospital Sant Joan de Déu
Somos conscientes de que el entorno determina la identidad y de que, por supuesto, ese entorno repercute en la salud. La arquitectura forma parte de ese entorno, así que nos esforzamos por crear una arquitectura que mejore la calidad de vida de las personas. Porque la arquitectura no cura, pero influye directa y enormemente en el proceso de curación. Y nos interesa que quienes no están en el mundo de la arquitectura, cualquier persona que viva en una ciudad, conozca y comparta la importancia de edificios adecuados, confortables y vivibles para todos los humanos.
En un hospital infantil, los niños rompen con su ambiente conocido, así que necesitan que ese nuevo entorno les facilite y les permita desarrollar sus actividades cotidianas: dormir, leer, estudiar, jugar. Los espacios que se diseñan en ese edificio deben simplificar la adaptación a esa realidad diferente con espacios que lleven a los pacientes —pequeños o adolescentes— a su mundo cotidiano.
El Pediatric Cancer Center
En el año 2017, empezamos a diseñar el Pediatric Cancer Center (PCC) para el Hospital Sant Joan de Déu, un proyecto complejo, intenso y gratificante. Ahora, en el 2022, estamos terminando la construcción del edificio y pronto el PCC será un hub de investigación y de tratamiento del cáncer infantil. En el diseño del PCC, se ha buscado contribuir a esa cotidianidad reclamada desde el propio diseño y la distribución de los espacios, con un mobiliario específico y con un tratamiento ambiental especialmente pensado para usuarios y usos.
En el desarrollo del proyecto, hemos aprendido del personal médico que el PCC debía ser un edificio cognitivo: la ciencia cognitiva estudia la mente y sus procesos, en un sentido amplio que incluye el conocimiento, la percepción y la memoria. En un edificio cognitivo, se es consciente de cómo afecta el entorno inmediato, y cómo la sensación de seguridad y confort ayuda a asimilar mejor los tratamientos. Así que ya partíamos de un principio arquitectónico —un diseño que nace e incluye la escala humana y la diversidad de las personas— que ha sido avalado por el personal médico que trabajará en el edificio. No solo nos centramos en el paciente sino en quienes le rodean: familia, amigos, profesionales de la salud.
Esta humanización también pasa por adaptar la alta tecnología médica a la domesticidad de la arquitectura. En el PCC, la ambientación de los espacios parte de la creación de atmósferas adecuadas a todos los usuarios, que un espacio médico se convierta en un lugar acogedor, seguro y cómodo para niños y acompañantes.
Así, los principios de Pinearq marcan la pauta en la toma de decisiones de diseño. De un edificio existente, cerrado, con ventanas grandes pero altas, pasillos sin luz natural y despachos cerrados, se decidió por una estrategia de diseño biofílico: el paisaje circundante y la luz natural entran y se incorporan en el edificio en pasillos, consultas y habitaciones. Se creó un proyecto específico para el lugar, al aprovechar la posición sobre la ciudad y abrir las vistas hacia el mar y la montaña.
Bajo este último principio, hemos apostado por la creación de espacios de relación entre quienes ocuparán el edificio: entre pacientes, con salas de juego en las unidades de hospitalización; entre pacientes y acompañantes con el personal médico, al disponer áreas con vistas hacia los patios en las que se colocarán butacas para convertirlas en zonas de comunicación fuera de las habitaciones; entre el personal médico, ya que algunas áreas en los pasillos de circulación profesional se han ampliado para colocar sillas y formar espacios de encuentro e intercambio de ideas; entre los acompañantes, una válvula de escape con los family lounge: espacios para las familias con salas de estar y office.
Es importante que, en cada zona, en cada planta, existan espacios controlados ambientalmente para que el paciente pueda desarrollar actividades fuera de la habitación. Entendemos que será un espacio que podrá usarse según especificaciones médicas de cada paciente, pero que es fundamental que exista. En la planta primera se encuentra el hospital de día y consultas externas. Para aprovechar los tiempos de espera, el hall de esta planta es abierto y les permite salir del edificio, jugar con otros o, simplemente, esperar en familia. En la planta segunda, el family lounge es interno, más privado, y se propone para los familiares de pacientes ingresados en las unidades de hospitalización. En la tercera planta, la unidad de hospitalización es restringida (TPH) con un family lounge propio y particular, especialmente acondicionado.
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