Los colores no deben considerarse como un simple factor estético o un elemento decorativo puro. Su función juega un papel importante en el desarrollo psicológico y emocional de las personas y en la creación del entorno. La selección del color tiene efectos importantes en función de la destinación del uso de los ambientes, del tipo de usuario y del confort y bienestar que se busque.  Si el color se elige teniendo en cuenta el tono, la saturación, la luminosidad, éste puede volverse un instrumento importante de la etapa de construcción que podrá tener efectos sobre las proporciones, el espacio y los volúmenes.

Hoy en los hospitales, los pacientes se enfrentan a una práctica compuesta, en su mayoría, por grandes tiempos de espera, controles burocráticos, etc. La relación con la estructura es importante pues ésta influenciará el diálogo con los médicos y personal. Es por esto que el color se vuelve un instrumento eficaz de comunicación que informa, orienta e incrementa la calidad del servicio.

La humanización de los espacios es responsable de disminuir la incomodidad que los pacientes sienten estando en un hospital. Una intervención cromática bien estudiada al elegir suelos   para este tipo de ambientes en el cual los pacientes viven una inmensa fragilidad psicológica y física tiene un poder terapéutico complementario:

• Contrata los estados de depresión y la incomodidad, fomentando una visión de confianza y serena
• Cambia el foco de atención de las enfermedades y los problemas
• Favorece y acelera la recuperación de la salud con un ambiente sensorial ligero y delicado