Recomendaciones para la monitorización de la calidad microbiologica del aire en zonas hospitalarias de riesgo

Grupo de trabajo de bioseguridad ambiental de la Sociedad Andaluza de Medicina Preventiva y Salud Pública | 15/03/2016
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La contaminación del aire en las áreas de riesgo hospitalarias es un problema potencial derivado de la posibilidad de que los contaminantes sean transportados y eventualmente depositados sobre las superficies, los materiales o las personas que queremos proteger.


Las herramientas de que disponemos para evitar las posibles consecuencias de esta contaminación del aire se pueden clasificar en dos grupos: aquellas destinadas a impedir la entrada de los contaminantes en el local a proteger (acondicionamiento y limpieza del aire, gestión de flujos y presiones) y las destinadas a eliminar los contaminantes generados por la actividad desarrollada en el mismo (nº de renovaciones de aire, limpieza/desinfección del área, disciplina del personal, establecimiento de circuitos, etc).


La actividad humana es una de las fuentes potenciales de contaminación ambiental. Un individuo proyecta y libera a la atmósfera entre 1000 y 10000 bacterias por minuto, con grandes variaciones en función de determinadas condiciones (tipo de ropa, higiene de la piel, etc) y de su actividad. 


El riesgo de infección ligado al aire interior de los hospitales se asocia a muy diversos factores, entre los que se encuentran la tasa de concentración de partículas infecciosas en el ambiente, un tiempo de exposición a las mismas suficiente, y un nivel de defensas del paciente bajo. Como ejemplo, en la siguiente figura se ilustran las potenciales vías de infección del sitio quirúrgico en relación a la procedencia de los gérmenes causantes.


Los sistemas de climatización deben funcionar de tal forma que reduzcan la dosis o tasa de biocontaminantes presentes por metro cúbico en el aire, hasta valores inferiores a los que puedan considerarse como posibles infecciosos, así como el tiempo de exposición a los mismos. Esto se consigue con un adecuado tratamiento del aire y con el control de otros parámetros físicos del entorno. Esta premisa es evidentemente importante cuando nos referimos a determinadas áreas dentro de los centros sanitarios.


El concepto de ambiente controlado implica la adopción de una serie de mecanismos que nos permitan garantizar la calidad interior del aire de la sala o zona así considerada y corregir sus desviaciones cuando estas se produzcan. Por lo tanto, nunca podremos considerar un local como "de ambiente controlado" si carecemos de los medios adecuados para poder ejercer ese control, lo que ocurre en muchas de las instalaciones hospitalarias que fueron proyectadas y ejecutadas con
anterioridad a la normativa actualmente vigente.




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