50 años de ventiladores Servo: conozca a uno de los pioneros

JULIO 2022 | VER WEB
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El ventilador Servo se hizo realidad porque me crucé con mentores visionarios, un médico de cabecera genial y un socio industrial fuerte con ingenieros de talla mundial. Para mí, lo que ocurrió sigue siendo algo irreal", dice Björn. 

A principios de la década de 1960, los ruidosos y voluminosos ventiladores eran lo más avanzado para suministrar volumen tidal y frecuencia respiratoria a los pacientes. Sin embargo, estos dispositivos carecían de precisión y eran difíciles de manejar. Para el paciente eran ruidosos e incómodos. 

En 1964, el joven y ambicioso fisiólogo clínico Björn Jonson regresó a Suecia tras un breve intercambio en Estados Unidos. Uno de sus mentores, el profesor asociado Sven Ingelstedt, afirmó: "Los ventiladores se controlan por presión o volumen. Deberían estar controlados por el flujo". Sin embargo, no es posible controlar el flujo".  

Björn le preguntó. "Si aprendo a controlar el flujo, ¿podemos construir un ventilador?". Él respondió al instante: "Claro".  

Björn empezó a aprender nuevas habilidades, como el torneado y el tratamiento del vidrio. Adquirió equipos de mecanizado y los llevó al armario del conserje de la universidad donde trabajaba. 

"La señora de la limpieza suspiró, pero como en aquel momento no teníamos locales para el taller, tuvo la amabilidad de hacer la vista gorda", recuerda Björn.  

 

Un avance con una jeringa de vidrio y las primeras patentes 

En el taller improvisado se construyó una estructura de plexiglás para alojar el regulador de flujo que supuso el primer paso en el proceso de innovación. 

"Los primeros esfuerzos tropezaron con la fricción o las fugas entre las piezas móviles. Frustrado, enrosqué una jeringa de inyección de vidrio. El pistón giraba en el barril aparentemente sin fricción y no había ninguna fuga", explica Björn. 

El proyecto continuó con un gran grado de libertad experimental en un entorno que fomentaba el trabajo en equipo interinstitucional. Sven-Gunnar Olsson, un ambicioso ingeniero eléctrico, participó en el proyecto. En 1967, Björn solicitó patentes para un regulador de flujo y un ventilador con control de flujo. 

 

Socio industrial 

"Al día siguiente de presentar la solicitud, Sven-Gunnar y yo hicimos una demostración de nuestro ventilador para los dirigentes de nuestro socio industrial. En una semana se firmó un contrato para su desarrollo. El Dr. Lars Nordström, un brillante anestesista de Lund, se dedicó a este trabajo. También lo hizo un excelente equipo de ingenieros de Solna.  Dos años después, teníamos un respirador con casi todas las funciones del futuro producto industrial", recuerda Björn. 

En 1968, Björn y Sven-Gunnar se dieron cuenta de que era necesario un control electrónico total del flujo. Una vez más, los principales expertos dijeron que esto no sería posible. No existían sensores ni controladores de caudal adecuados. "Aun así, lo hicimos", dice Björn. 

El "cerebro" del ventilador se basaba en una electrónica de última generación, en aquellos tiempos de tipo analógico. En el exclusivo sistema de servo control, la señal de flujo se analizaba y retroalimentaba a las válvulas electrónicas cien veces por respiración. Esto permitía una gran flexibilidad en el funcionamiento y los modos de ventilación. 

Los "músculos" constaban de sólo cuatro piezas móviles y un sencillo sistema conducía los gases hacia y desde el paciente. Sin necesidad de herramientas, se tardaba un minuto en desmontar o montar el sistema, que podía limpiarse y desinfectarse fácilmente. 

"A partir de junio de 1970, se probaron cinco ventiladores Servo. Utilicé uno de ellos en algunos casos críticos. Uno de ellos fue un bebé que nació sin actividad cardíaca. En una dramática reanimación, la niña se convirtió en el primer bebé tratado con un ventilador Servo", recuerda Björn. 

El ventilador, pequeño y fácil de usar, permitía ajustar la ventilación con una precisión y flexibilidad inigualables. El silencio del ventilador y las respiraciones activadas por el paciente fueron pasos importantes para aumentar la comodidad del paciente.

 

La revolución de los cuidados intensivos 

"El ventilador Servo 900 contribuyó en gran medida al desarrollo de los cuidados intensivos. La monitorización fisiológica y el diagnóstico, que son las piedras angulares de esta disciplina, fueron posibles por primera vez con nuestro ventilador. Sus medidores de flujo y presión pronto se complementaron con un capnógrafo y la evolución de la capnografía volumétrica", explica Björn. 

El pequeño, silencioso y eficaz ventilador electrónico, con el exclusivo sistema de control Servo para la administración de gases, permitía al clínico alcanzar de forma fiable los volúmenes y frecuencias respiratorias previstos para el paciente. Por primera vez, el ciclo del ventilador podía ajustarse para proporcionar el intercambio de gases más eficiente, mientras que los sistemas de alarma mantenían la seguridad del paciente.  

La primera válvula PEEP comercial, que se utiliza para mantener la presión en las vías respiratorias inferiores al final del ciclo respiratorio, ofreció una mejora fundamental en la ventilación en el síndrome de dificultad respiratoria tanto en adultos como en bebés. 

El ventilador Servo 900 estableció básicamente el estándar para todos los ventiladores modernos y muchos de sus principios de sistema siguen existiendo en los modelos actuales de Servo.

 

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