Conceptos para pavimentos conductivos y disipativos con tecnología Sikafloor
Fecha: Junio 2019
Idioma: Castellano
Procedencia: Sika
Web: ver aquí
Autor: Julia Gómez Díaz, Ingeniera de Pavimentos Sika del Dpto. Técnico
¿Qué es la conductividad y cómo trabaja?
La formación de cargas estáticas en los productos poliméricos es un fenómeno siempre presente y con el que estamos bastante familiarizados en nuestra vida diaria.
Conductividad es el término que se refiere a la capacidad de un material para conducir una corriente eléctrica o "morir a tierra". En términos no técnicos, esto puede ser descrito como la capacidad de un material para llevar o “conducir” una corriente eléctrica.
La conductividad eléctrica o la conductancia específica para un pavimento formado por varios materiales es también una medida de la capacidad del material de conducir una corriente eléctrica.
Una corriente eléctrica es una medida cuantitativa de la cantidad de partículas cargadas que pasan a través de un medio. Para que se cree una corriente eléctrica, es necesario que haya una señal eléctrica con diferencia de potencial entre dos puntos en un medio conductor con una fuente de energía para accionar la carga.
La Resistencia eléctrica de un material es una medida de su resistencia al flujo de una corriente eléctrica. Un ohmímetro es un dispositivo que se utiliza para medir esta conductividad o resistencia eléctrica. La conductividad o resistencia eléctrica de un sistema de pavimentos se mide por lo tanto también con un ohmímetro.
Un ohmímetro mide la cantidad de fricción eléctrica generada por las partículas cargadas que pasan a través de un conductor eléctrico, como por ejemplo, Sikafloor®-262 N. Este valor se expresa en unidades "ohmio", y se rige por la "Ley de Ohm". Esto indica que "la corriente que pasa a través de un circuito eléctrico es directamente proporcional a la cantidad de voltaje que se utiliza para crear el flujo y que es inversamente proporcional a la resistencia cuando la temperatura es constante".
Puede expresarse de tres formas:
a) V = I x R
b) I = V / R
c) R = V / I
Donde:
V = voltaje en voltios (V),
I = corriente en amperios (A),
R = resistencia en ohmios (Ω)
Como alternativa se puede utilizar:
V = tensión en voltios (V)
I = corriente en miliamperios (mA)
R = resistencia en kiloohmios (kW)
Para la mayoría de los circuitos eléctricos el Amperio es demasiado grande y el Ohmio es demasiado pequeño, por lo que es habitual medir la corriente en miliamperios (mA) y por lo tanto, obtener la resistencia en kiloohmios (kW).
1 mA = 0,001 A y 1 kW = 1,000 Ω
Estas ecuaciones de la ley de Ohm funcionan si se utilizan V, A y Ω y también si utilizan V, mA y kW, pero no se pueden mezclar estos conjuntos de unidades en la misma ecuación.
Esto es un proceso muy rápido que pasa cuando dos objetos con potenciales eléctricos diferentes entran en contacto directo el uno con el otro. Cuando hay una conexión (sea por fricción o por contacto) entre dos materiales que no están cargados eléctricamente y tienen diferentes constantes dieléctricas, los electrones migran de un material a otro. El desplazamiento de las cargas resultantes se mantiene cuando los dos materiales se separan rápidamente y pueden llevar a la formación de altos potenciales electrostáticos.
Pero ¿qué pasa realmente?; los materiales que no son eléctricamente conductivos (lo cual incluye todos los polímeros) se convierten en electrostáticamente cargados por contacto o por fricción con otros cuerpos conductivos, por ejemplo, uno de los cuerpos toma una carga eléctrica positiva y el otro una carga igualmente alta con polaridad negativa.
Muchos de nosotros recordamos este fenómeno desde nuestros días de la escuela cuando cargábamos bolígrafos con la carcasa de plástico frotándolo con lana o algo similar. La fricción entre prendas de vestir o entre suelas de zapatos y pavimentos a base de polímeros puede provocar la aparición de cargas estáticas. Si esto pasa cuando los gases secos (por lo tanto no conductivos) fluyen sobre las superficies no conductivas, la aparición de cargas es visible en la superficie del mobiliario y las salidas de ventilación que atraen el polvo.
Efectos sobre las personas
Todos hemos experimentado el chisporroteo cuando separamos dos prendas que contengan fibras sintéticas e incluso fibras naturales, cuando nos quitamos un jersey. Si esto pasa en la oscuridad, podemos ver este fenómeno incluso más claramente al ver las chispas que forman. Algunos días recibimos descargas cuando tocamos las manecillas de las puertas, coches y partes metálicas similares, generalmente si llevamos zapatos con suelas sintéticas y la humedad es baja. La bien conocida electricidad entre personas, cuando “saltan chispas“, es realmente electricidad estática y puede ser estimada o incluso medida en voltios.
La electricidad estática en las suelas de los zapatos y de la ropa se transmite a las personas que los llevan. Si una persona está cargada estáticamente y toca otro cuerpo conductivo se produce una igualación espontanea de las cargas. Su intensidad se incrementa proporcionalmente con la diferencia de potencial entre las personas y el objeto. La diferencia de potencial puede ser tan grande que se puede producir una chispa justo antes del contacto. En general descargas por encima de 2 a 3 KV se pueden apreciar claramente. Con una diferencia de potencial baja, la descarga se nota. Voltajes de 15 KV y superiores se han llegado a medir con pavimentos que no son antiestáticos. Opiniones científicas actuales no consideran que estos voltajes puedan ser dañinos para la salud, pero existe la posibilidad de sufrir un calambre que lleve a un accidente. La electricidad estática no presenta un peligro contra la seguridad en las áreas de trabajo habituales.
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