El diseño de la iluminación en los hospitales

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Antes de iniciar un proyecto para la iluminación de entornos sanitarios, es necesario considerar las normativas aplicables para garantizar un diseño adecuado y eficiente. La norma europea EN 12464-1, que establece los criterios de iluminación interior en espacios de trabajo, incluye directrices específicas para hospitales. Estas regulaciones definen los niveles de luz, el control del deslumbramiento y la reproducción del color necesarios cada área del centro sanitario, asegurando condiciones óptimas para el personal médico, los pacientes y los visitantes.

La normativa recomienda la implementación de sistemas de control de iluminación en ciertas áreas de los hospitales para mejorar la eficiencia energética, la comodidad del paciente y la precisión en los procedimientos médicos.

Estos sistemas no solo ajustan la instalación de iluminación aumentando o disminuyendo los lúmenes de salida de las luminarias, sino que también permiten una gestión inteligente y adaptable de la iluminación en función de diversos factores. Pueden ajustar su operatividad según las condiciones del entorno, teniendo en cuenta variables como la cantidad de luz natural disponible, los distintos escenarios de uso dentro del espacio y las necesidades específicas de los usuarios. Por ejemplo, pueden modificar la temperatura de color para favorecer el confort visual, proporcionando luz fría para mejorar la concentración en tareas médicas o luz cálida para entornos de descanso y relajación.  Además, estos sistemas garantizan que se alcancen los niveles de luminancia recomendados de acuerdo con la normativa vigente, optimizando el consumo energético al aprovechar la luz natural en combinación con la luz artificial. Mediante sensores de luz y presencia, pueden ajustar la iluminación en tiempo real, asegurando un uso eficiente y proporcionando una experiencia más confortable y personalizada para pacientes y profesionales.

Un sistema de iluminación ajustable no solo optimiza el aprovechamiento de la luz natural, sino que también garantiza un entorno flexible y adaptable a las necesidades cambiantes del espacio. Al responder dinámicamente a variaciones en la ocupación, en la naturaleza de las tareas visuales o en las preferencias individuales de los usuarios, este tipo de sistema permite crear condiciones óptimas de iluminación en todo momento.

La normativa recomienda utilizar una luminancia mantenida (Em) superior a los valores mínimos exigidos, permitiendo a los usuarios aprovechar al máximo el entorno iluminado y garantizando un confort visual adecuado. Diseñar una instalación de iluminación que solo cumpla con los requisitos mínimos puede limitar significativamente los beneficios de una iluminación de alta calidad, como una mejor percepción del espacio, reducción de la fatiga visual y un ambiente más agradable y funcional. Una iluminación bien diseñada no solo cumple con los estándares de seguridad y eficiencia, sino que también optimiza la experiencia de los usuarios, mejorando el rendimiento en tareas visuales y favoreciendo el bienestar general.

Según la normativa UNE-EN 12464-1 se recomienda la implementación de sistema de control en las siguientes zonas:

 

Salas de uso general

El control de la iluminación debe garantizar comodidad y flexibilidad según la actividad que se realice, por lo que los sistemas deben permitir la adaptación de la luz a las diferentes necesidades, además de ser eficientes energéticamente.

En las zonas comunes como son los pasillos, escaleras o salas de espera, los requerimientos de iluminación varían a lo largo del día en función del flujo de personas y de la cantidad de luz natural disponible. Para optimizar el consumo energético sin comprometer la seguridad y comodidad de los usuarios, se recomienda un ajuste dinámico de los niveles de iluminación según los siguientes criterios:

  • 100 % de iluminación durante las horas de visita, cuando hay mayor circulación de personas
  • 50 % de iluminación fuera de las horas de visita y durante la noche,
  • 30 % de iluminación cuando la luz natural es suficiente, aprovechando al máximo la iluminación diurna para reducir el uso de fuentes artificiales.

La iluminación en estos espacios debe adaptarse a las condiciones del día y la noche: según la normativa UNE-EN 12464-1:2022, en los pasillos de uso sanitario es obligatorio, además de la luminancia a nivel del suelo, mantener una media de 100 lux durante el día, asegurando una visibilidad óptima para el tránsito de pacientes, personal sanitario y visitantes, y de 50 lux durante la noche, proporcionando un nivel adecuado de iluminación que garantice la seguridad sin generar molestias innecesarias en un entorno donde el descanso y la tranquilidad son fundamentales.

 

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Salas del personal

La iluminación en estos espacios debe diseñarse para garantizar tanto el confort visual como la eficiencia energética, adaptándose a las distintas actividades que se realizan, como el descanso, las reuniones y el trabajo administrativo, o las zonas de almacenamiento. Para cada una de estas áreas, la normativa establece niveles de iluminación específicos que garantizan condiciones óptimas de uso:

  • Áreas de descanso y relajación: se recomienda una iluminancia media de 200-300 lux, con una temperatura de color cálida (3000K-4000K) para favorecer un ambiente acogedor y relajante.
  • Zonas de trabajo administrativo: para tareas como la revisión de documentos o el uso de ordenadores, se requieren al menos 500 lux, con una iluminación neutra o fría (4000K-5000K) para mejorar la concentración.
  • Áreas de almacenamiento: en espacios donde no se realizan tareas específicas, basta con 100-200 lux, utilizando sensores de presencia para optimizar el consumo energético.

La iluminación en las salas del personal debe ser versátil, eficiente y confortable, favoreciendo tanto el rendimiento laboral como el descanso del personal sanitario.

 

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Salas de espera y maternidad

El objetivo del diseño de la iluminación de estos espacios es crear un ambiente acogedor y confortable, para reducir el estrés de los pacientes y familiares.

Las recomendaciones de la normativa para iluminar las salas de espera se basan en aplicar una luminancia media (200-300 lux), y con una temperatura del color de 3000K-4000K de luz cálida o neutra, para crear un ambiente lo más relajante posible. Al ser espacios donde los pacientes y acompañantes pueden pasar largos periodos de tiempo, también se recomienda el uso de luminarias difusas o indirectas para evitar deslumbramientos y la iluminación focal en zonas específicas como puntos de lectura o recepción.

Por otro lado, las salas de maternidad también deben proporcionar un ambiente cálido por lo que deberán evitarse las luces frías o parpadeantes, ya que pueden causar incomodidad en los recién nacidos. Se recomienda una luminancia media de 100-200 lux en zonas de descanso y una temperatura del color de 2700K-3500K para crear una atmósfera que favorezca el sueño. Es importante el uso de reguladores de intensidad para ajustar la iluminación según las necesidades de la madre y el bebé, y la incorporación de sensores de movimiento para encender luces de baja intensidad cuando sea necesario, minimizará las interrupciones en el descanso.

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