Cataluña cierra 40 centros de salud y obliga a derivar a miles de vecinos
En plena campaña de recortes en la sanidad pública catalana, la Generalitat ha decidido cerrar este verano al menos 40 centros de atención primaria, uno de cada diez del total, lo que dejará sin estos servicios -que incluyen visitas médicas y urgencias- a decenas de municipios catalanes. La oleada de cierres alarma a los vecinos afectados, decenas de miles según estimaciones de los sindicatos, que en algunos casos deberán recorrer hasta 25 kilómetros para recibir atención sanitaria. Los Ayuntamientos que se han quedado sin urgencias temen además que la clausura se prorrogue indefinidamente ante la dureza de los ajustes económicos. "La mayoría serán cierres de centros que ya no abrirán: la Generalitat ha dado orden de cerrar el 50% de centros de atención continuada", advierte la responsable de sanidad de CC OO, Carme Navarro.
El Gobierno catalán, dirigido por el convergente Artur Mas, prevé recortar el 10% del presupuesto que destina a la sanidad -unos 1.000 millones de euros- y asume que esta secuencia de cierres aún se encuentra en proceso de planificación. "Todavía se está planificando pero en todo momento garantizaremos la atención sanitaria de calidad", asegura un portavoz del Departamento de Salud. Los vecinos y alcaldes de los municipios afectados, por ahora, no se lo creen. Salud mantiene un inquietante misterio en torno al futuro de los centros afectados: aún no ha decidido el total de ambulatorios que clausurará en agosto ni si la situación se prorrogará más allá del verano. "Ni ellos mismos saben qué cerrarán: improvisan en función de las presiones y del partido político que gobierna en cada Ayuntamiento", denuncia CC OO.
Los cierres anunciados se concentran mayoritariamente en la provincia de Barcelona, mientras el Gobierno catalán aún debe concretar cómo afectarán los recortes al resto de provincias -Tarragona, Girona y Lleida-. El departamento ha decidido además clausurar 33 centros en horario nocturno (generalmente de las diez de la noche a las ocho de la mañana), otros 13 durante el mediodía (de las doce a las tres de la tarde) y cerrar 11 durante el fin de semana. En total, quedan afectados 97 -la mayoría de localidades de tamaño mediano o pequeño, cuyos vecinos serán derivados a los centros de referencia más próximos- de los 368 ambulatorios de Cataluña; es decir, más del 25%, cuando aún quedan por determinar el grueso de cierres de otras tres provincias. "Tendrán una afectación similar", asume Salud, por lo que probablemente habrá decenas de clausuras en agosto. Los empleados afectados serán derivados a otros o tendrán vacaciones al tiempo que se prescindirá del personal eventual.
Uno de cada diez ambulatorios parará en agosto y se limita la atención en el 25% Cerrar a candado centros sanitarios de forma tan masiva supone una medida inédita en la sanidad pública catalana. La caída asistencial propia de cada verano se traducía en clausuras parciales de las urgencias, habitualmente de noche o de mediodía, mientras en alguna ocasión excepcional se decretaba el cierre total del centro para realizar obras o remodelaciones. "Los sindicatos incluso pedíamos el cierre de algún ambulatorio periférico por falta de personal y de recursos, pero la Generalitat se negaba". Este verano ocurre lo contrario: los cierres se suceden pese a las quejas de vecinos y Ayuntamientos, algunos del mismo color político que el que orquesta los recortes. "Expresamos la preocupación y protesta por los cierres", protesta en un comunicado el Ayuntamiento de Sant Cugat del Vallès, gobernado por CiU. Otras localidades como Castellbisbal o Badia del Vallès han convocado protestas y manifestaciones que acabaron con los vecinos encerrados en el centro de la localidad. "Nos quieren dejar sin centro", señala Javier García, vecino de Castellbisbal empleado en el centro sanitario. "Y las urgencias más cercanas están a decenas de kilómetros en una carretera llena de curvas. De noche puedes tardar más de 40 minutos. Si hay alguna urgencia... no llegará", avisa.
Día sí y día también en las principales ciudades catalanas hay manifestaciones de batas blancas para protestar contra los recortes. No solo porque los profesionales del sector consideren que los recortes son insostenibles, sino porque la reducción de los conciertos sanitarios está llevando a las entidades que gestionan hospitales y ambulatorios a reducir plantillas e incluso plantear expedientes de regulación de empleo (ERE) a los trabajadores.
CC OO ya ha contado 13 centros hospitalarios que han amenazado con presentar un ERE si no se aprueban cambios en las condiciones laborales de los trabajadores. Navarro recuerda que, en la mayoría de las ocasiones, la asunción de esas condiciones por parte de los trabajadores no garantiza que la entidad que gestiona el hospital acabe optando por los despidos. Ayer mismo UGT, por ejemplo, denunció otro expediente para 150 trabajadores del consorcio sanitario de Terrassa, mientras que los trabajadores del Hospital del Mar de Barcelona protestaban por otro ERE que afecta a 194 empleados.
El Gobierno catalán, dirigido por el convergente Artur Mas, prevé recortar el 10% del presupuesto que destina a la sanidad -unos 1.000 millones de euros- y asume que esta secuencia de cierres aún se encuentra en proceso de planificación. "Todavía se está planificando pero en todo momento garantizaremos la atención sanitaria de calidad", asegura un portavoz del Departamento de Salud. Los vecinos y alcaldes de los municipios afectados, por ahora, no se lo creen. Salud mantiene un inquietante misterio en torno al futuro de los centros afectados: aún no ha decidido el total de ambulatorios que clausurará en agosto ni si la situación se prorrogará más allá del verano. "Ni ellos mismos saben qué cerrarán: improvisan en función de las presiones y del partido político que gobierna en cada Ayuntamiento", denuncia CC OO.
Los cierres anunciados se concentran mayoritariamente en la provincia de Barcelona, mientras el Gobierno catalán aún debe concretar cómo afectarán los recortes al resto de provincias -Tarragona, Girona y Lleida-. El departamento ha decidido además clausurar 33 centros en horario nocturno (generalmente de las diez de la noche a las ocho de la mañana), otros 13 durante el mediodía (de las doce a las tres de la tarde) y cerrar 11 durante el fin de semana. En total, quedan afectados 97 -la mayoría de localidades de tamaño mediano o pequeño, cuyos vecinos serán derivados a los centros de referencia más próximos- de los 368 ambulatorios de Cataluña; es decir, más del 25%, cuando aún quedan por determinar el grueso de cierres de otras tres provincias. "Tendrán una afectación similar", asume Salud, por lo que probablemente habrá decenas de clausuras en agosto. Los empleados afectados serán derivados a otros o tendrán vacaciones al tiempo que se prescindirá del personal eventual.
Uno de cada diez ambulatorios parará en agosto y se limita la atención en el 25% Cerrar a candado centros sanitarios de forma tan masiva supone una medida inédita en la sanidad pública catalana. La caída asistencial propia de cada verano se traducía en clausuras parciales de las urgencias, habitualmente de noche o de mediodía, mientras en alguna ocasión excepcional se decretaba el cierre total del centro para realizar obras o remodelaciones. "Los sindicatos incluso pedíamos el cierre de algún ambulatorio periférico por falta de personal y de recursos, pero la Generalitat se negaba". Este verano ocurre lo contrario: los cierres se suceden pese a las quejas de vecinos y Ayuntamientos, algunos del mismo color político que el que orquesta los recortes. "Expresamos la preocupación y protesta por los cierres", protesta en un comunicado el Ayuntamiento de Sant Cugat del Vallès, gobernado por CiU. Otras localidades como Castellbisbal o Badia del Vallès han convocado protestas y manifestaciones que acabaron con los vecinos encerrados en el centro de la localidad. "Nos quieren dejar sin centro", señala Javier García, vecino de Castellbisbal empleado en el centro sanitario. "Y las urgencias más cercanas están a decenas de kilómetros en una carretera llena de curvas. De noche puedes tardar más de 40 minutos. Si hay alguna urgencia... no llegará", avisa.
Día sí y día también en las principales ciudades catalanas hay manifestaciones de batas blancas para protestar contra los recortes. No solo porque los profesionales del sector consideren que los recortes son insostenibles, sino porque la reducción de los conciertos sanitarios está llevando a las entidades que gestionan hospitales y ambulatorios a reducir plantillas e incluso plantear expedientes de regulación de empleo (ERE) a los trabajadores.
CC OO ya ha contado 13 centros hospitalarios que han amenazado con presentar un ERE si no se aprueban cambios en las condiciones laborales de los trabajadores. Navarro recuerda que, en la mayoría de las ocasiones, la asunción de esas condiciones por parte de los trabajadores no garantiza que la entidad que gestiona el hospital acabe optando por los despidos. Ayer mismo UGT, por ejemplo, denunció otro expediente para 150 trabajadores del consorcio sanitario de Terrassa, mientras que los trabajadores del Hospital del Mar de Barcelona protestaban por otro ERE que afecta a 194 empleados.
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