Cataluña cierra hasta octubre una de cada cuatro camas hospitalarias
La parálisis del verano se ceba y se extiende por los hospitales públicos catalanes a cuenta de los recortes que el Gobierno de Artur Mas (CiU) aplica en sanidad, sector en el que la Generalitat pretende ahorrar cerca de 1.000 millones de euros hasta final de año, el 10% con relación al presupuesto de 2010. La magnitud del tijeretazo propulsa el parón veraniego en los ocho hospitales de referencia que gestiona el Gobierno catalán a través del Instituto Catalán de la Salud (ICS). Estos iniciaron desde junio el cierre progresivo de camas, que alcanzará este agosto cerca del 25% del total, algo más de 1.000 sobre 4.025 plazas. Una clausura que, de forma inédita, se extenderá al menos hasta octubre. La Generalitat, sin embargo, admite que "aún no puede garantizarse la reapertura del total de plazas" tras el verano, señalan fuentes gubernamentales. "Como ya ocurrió en Semana Santa, muchas camas ya no reabrirán. El Gobierno debe cuadrar los presupuestos de aquí a final de año", advierte la responsable de sanidad de CC OO, Carmen Navarro.
El habitual descenso de actividad de los centros supuso el verano anterior el cierre del 5% de camas en los ocho hospitales públicos: unas 200 plazas mensuales, según el ICS. Este año, la cantidad se ha incrementado más del doble hasta alcanzar el 12% del total, unas 480 camas de media mensual, admite el organismo. El dato, más que retratar la magnitud del cierre, pasa a engrosar el baile de cifras del Gobierno catalán, la dirección de los centros y los sindicatos. Estos últimos elevan hasta 1.200 las camas cerradas en los hospitales, prácticamente una de cada tres. "Nuestros afiliados señalan que los hospitales funcionan cerca del 50% de su capacidad", indica UGT.
Pero los planes que la dirección de cada centro ha notificado a los empleados cifra en un millar el número de plazas clausuradas, según ha comprobado este diario. Los más afectados son los centros barceloneses del Vall d`Hebron y el de Bellvitge, que pierden unas 300 camas cada uno. El Hospital de Viladecans cerrará unas 50 camas y el Germans Trias i Pujol de Badalona otras 100, precisan fuentes del centro. Las mismas que el Doctor Trueta de Girona y que el leridano Arnau de Vilanova. El hospital de Tortosa clausurará hasta 74 plazas, por las 44 del Joan XXIII de Tarragona. Estos cierres ampliarán los pacientes en una lista de espera aún más larga. Los centros, por su parte, prevén ahorrar reduciendo el tiempo de hospitalización de usuarios y evitarán ingresar aquellos no urgentes. En algunos casos, incluso los derivarán a hospitales concertados.
La Generalitat no garantiza la reapertura de todas las plazas tras el verano Es habitual que en verano se cierren camas, pero se reabrirán en el caso que sea necesario y la atención está garantizada, subraya el ICS, que del mismo modo que la dirección de los centros rechaza facilitar datos precisos. Pese a este discurso de flexibilidad, los centros públicos permanecen con plantas cerradas y los respectivos planes de ajuste detallan el cierre de un millar de plazas que no reabrirán en su totalidad al menos hasta después de septiembre.
El parón también incluye el cierre de entre el 30% y el 50% de quirófanos y la suspensión de otros servicios, lo que permitirá la menor contratación de personal eventual, principalmente de enfermeras suplentes. El hospital Doctor Trueta de Girona, por ejemplo, suspende las guardias nocturnas de varias especialidades, informa Antía Castedo; mientras el Trias y Pujol de Badalona, centro de referencia para unas 800.000 personas, cerrará dos unidades de curas intensivas.
El portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, aseguró ayer tras la reunión del Ejecutivo que los servicios sanitarios se ajustarán en función de la "presión demográfica de cada zona" durante el verano. Luego arremetió contra los sindicatos, a los que acusó de pretender sugerir una "presunta amenaza a la salud de la gente" por los recortes, lo cual, "no es lo más honesto" en una negociación laboral, dijo. No mencionó que el Colegio de Médicos también ha alertado de que esos recortes colocan en el alambre el modelo sanitario catalán.
Los sindicatos siguen desbordados estos días por el alud de demandas de los hospitales que tienen contratado un concierto con la Generalitat para que sus trabajadores modifiquen a la baja las condiciones laborales. Según CC OO, ya hay 20 hospitales y consorcios (que pueden englobar a más de un hospital e incluso a ambulatorios) que han amenazado con presentar un expediente de regulación de empleo (ERE) en caso de que su plantilla se niegue a trabajar más horas, a bajarse el sueldo o bien a renunciar a complementos. Los trabajadores temporales de algunos hospitales son el 40% de la plantilla y los primeros que están siendo despedidos. Los sindicatos UGT y CC OO estiman que los recortes amenazan con llevarse por delante entre 7.000 y 7.500 empleos del sector.
El habitual descenso de actividad de los centros supuso el verano anterior el cierre del 5% de camas en los ocho hospitales públicos: unas 200 plazas mensuales, según el ICS. Este año, la cantidad se ha incrementado más del doble hasta alcanzar el 12% del total, unas 480 camas de media mensual, admite el organismo. El dato, más que retratar la magnitud del cierre, pasa a engrosar el baile de cifras del Gobierno catalán, la dirección de los centros y los sindicatos. Estos últimos elevan hasta 1.200 las camas cerradas en los hospitales, prácticamente una de cada tres. "Nuestros afiliados señalan que los hospitales funcionan cerca del 50% de su capacidad", indica UGT.
Pero los planes que la dirección de cada centro ha notificado a los empleados cifra en un millar el número de plazas clausuradas, según ha comprobado este diario. Los más afectados son los centros barceloneses del Vall d`Hebron y el de Bellvitge, que pierden unas 300 camas cada uno. El Hospital de Viladecans cerrará unas 50 camas y el Germans Trias i Pujol de Badalona otras 100, precisan fuentes del centro. Las mismas que el Doctor Trueta de Girona y que el leridano Arnau de Vilanova. El hospital de Tortosa clausurará hasta 74 plazas, por las 44 del Joan XXIII de Tarragona. Estos cierres ampliarán los pacientes en una lista de espera aún más larga. Los centros, por su parte, prevén ahorrar reduciendo el tiempo de hospitalización de usuarios y evitarán ingresar aquellos no urgentes. En algunos casos, incluso los derivarán a hospitales concertados.
La Generalitat no garantiza la reapertura de todas las plazas tras el verano Es habitual que en verano se cierren camas, pero se reabrirán en el caso que sea necesario y la atención está garantizada, subraya el ICS, que del mismo modo que la dirección de los centros rechaza facilitar datos precisos. Pese a este discurso de flexibilidad, los centros públicos permanecen con plantas cerradas y los respectivos planes de ajuste detallan el cierre de un millar de plazas que no reabrirán en su totalidad al menos hasta después de septiembre.
El parón también incluye el cierre de entre el 30% y el 50% de quirófanos y la suspensión de otros servicios, lo que permitirá la menor contratación de personal eventual, principalmente de enfermeras suplentes. El hospital Doctor Trueta de Girona, por ejemplo, suspende las guardias nocturnas de varias especialidades, informa Antía Castedo; mientras el Trias y Pujol de Badalona, centro de referencia para unas 800.000 personas, cerrará dos unidades de curas intensivas.
El portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, aseguró ayer tras la reunión del Ejecutivo que los servicios sanitarios se ajustarán en función de la "presión demográfica de cada zona" durante el verano. Luego arremetió contra los sindicatos, a los que acusó de pretender sugerir una "presunta amenaza a la salud de la gente" por los recortes, lo cual, "no es lo más honesto" en una negociación laboral, dijo. No mencionó que el Colegio de Médicos también ha alertado de que esos recortes colocan en el alambre el modelo sanitario catalán.
Los sindicatos siguen desbordados estos días por el alud de demandas de los hospitales que tienen contratado un concierto con la Generalitat para que sus trabajadores modifiquen a la baja las condiciones laborales. Según CC OO, ya hay 20 hospitales y consorcios (que pueden englobar a más de un hospital e incluso a ambulatorios) que han amenazado con presentar un expediente de regulación de empleo (ERE) en caso de que su plantilla se niegue a trabajar más horas, a bajarse el sueldo o bien a renunciar a complementos. Los trabajadores temporales de algunos hospitales son el 40% de la plantilla y los primeros que están siendo despedidos. Los sindicatos UGT y CC OO estiman que los recortes amenazan con llevarse por delante entre 7.000 y 7.500 empleos del sector.
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