Todos los veranos el Servizo Galego de Saúde lleva a cabo una reorganización de sus instalaciones, para garantizar el derecho de los trabajadores a que disfruten de sus vacaciones, y aprovechar también para llevar a cabo obras de remodelación. Como se trata además de una época en la que disminuye la presión asistencial, los centros sanitarios optan por cerrar camas durante los tres meses. Este año serán 670 de media, distribuidas en once hospitales. Es la cifra más elevada de los últimos años, 82 camas más que en el 2010 y unas 150 más que en el 2009.

En esta ocasión el departamento que dirige Pilar Farjas ha optado por concentrar los cierres por zonas, para optimizar los recursos sin dejar habitaciones vacías distribuidas en todos los hospitales. De lo que se trata es de que los trabajadores trabajen de forma más cómoda y que los recursos disponibles estén concentrados.
Serán 82 más que el pasado año, y 150 más que durante el 2009
El sistema público gallego cuenta con 7.556 camas, por lo que estarán operativas más del 91 %. La media es de 670, pero los cierres se hacen por quincenas a lo largo de julio, agosto y septiembre, de manera que esta cifra sube en agosto y baja considerablemente en la segunda quincena de septiembre.

Por hospitales, los grandes se ven más afectados y de hecho Virxe da Xunqueira de Cee, Verín y Barbanza no clausurarán ninguna cama. Superarán un centenar el complejo hospitalario de A Coruña, el de Santiago y el de Vigo. Precisamente el CHUS será el que sufra mayor aumento de camas cerradas, 52 más que en el 2010; mientras que el de Lugo, por ejemplo, mantendrá abiertas 32 más que el pasado año. Uno de los motivos de esta medida veraniega son las obras, y por ejemplo el Chuac remodelará la planta de oncohematología. Ahora mismo tiene diez habitaciones triples y solo tres individuales (otras tres son dobles). Tras la reforma, diez serán dobles y seis individuales, con el objetivo de dar una mejor atención a los pacientes oncológicos.