El impacto del ruido ambiental en los pacientes en UCI
Introducción
En los últimos años, el interés por conocer las repercusiones que tiene la exposición al ruido sobre la salud está aumentando debido a la aparición de alteraciones en nuestro organismo, implicando una disminución en la calidad de vida de las personas. Está considerado como un agente contaminante por sus efectos sobre la población.
El ruido, se define como un conjunto de sonidos desagradables, no deseados, debido a las molestias que ocasiona. Asociado a un ambiente determinado donde se originan sonidos de numerosas fuentes, se denomina ruido ambiental.
La Directiva 2002/49/CE del Parlamento Europeo sobre evaluación y gestión del ruido ambiental, denominada Directiva sobre Ruido Ambiental, considera el ruido como un problema prioritario y reconoce la importancia del control del mismo. Define el ruido ambiental como “sonido exterior no deseado o nocivo generado por las actividades humanas, incluido el ruido emitido por los medios de transporte, por el tráfico rodado, ferroviario y aéreo y por emplazamientos de actividades industriales”.
Dentro de los problemas ambientales, es uno de los más relevantes, ya que forma parte de la vida cotidiana, de ahí que no se le preste en muchas ocasiones la importancia que se merece.
En el ámbito laboral, el ruido también ha sido motivo de estudio. Con el desarrollo industrial, la incorporación de maquinaria en las fábricas y el crecimiento de las ciudades durante la Revolución Industrial, aparecieron los primeros casos de problemas auditivos.
Hay que tener en cuenta el aspecto subjetivo del ruido. No toda la población lo percibe de la misma manera, cuestión que puede interferir en el momento de determinar qué resulta molesto y qué no.
La Organización Mundial de Salud (OMS), considera el ruido ambiental un tema de salud pública importante. Desde los años 80, se ha preocupado por los efectos del ruido y ha elaborado guías y protocolos para entender y estudiar el ruido urbano y los efectos que este produce sobre la salud con la intención de buscar soluciones a este problema y reducirlo en la medida de lo posible.
En la Unión Europea, el 40% de la población se encuentra expuesta a ruidos de tránsito con niveles que exceden los 55 decibelios (dB) durante el día y el 20% a más de 65 dB. Con estos datos, se puede concluir que aproximadamente la mitad de los europeos viven en zonas de contaminación acústica, y se estima que más del 30% de la población se encuentra expuesta a niveles superiores de 55 dB durante la noche, niveles que producen trastornos de sueño.
En relación a los efectos dañinos que el ruido ambiental puede causar sobre la salud, existen numerosos estudios que demuestran que es molesto, altera el sueño, afecta al rendimiento, a la realización de actividades, a la audición, sobre las funciones fisiológicas, etc.
Hay estudios que refieren que existe una evaluación inadecuada del ruido a la hora de analizar los efectos que produce este sobre el organismo, ya que algunos modelos que se han diseñado para evaluarlo, se centran en fuentes individuales de ruido (por ejemplo, el generado en aeropuertos) y no engloban todas las exposiciones posibles tanto a nivel laboral como no laboral, no determinan todas las fuentes de ruido a las que un individuo puede estar expuesto, que sería el ruido total de exposición.
Por otro lado, intentar analizar el ruido total al que las personas se encuentran expuestas, resulta complicado debido a que habría que tener en cuenta numerosos aspectos como el contexto en el que se encuentren, las actividades ocupacionales, las no ocupacionales (tiempo de ocio o actividades de rutina diaria), duración de la exposición, etc.
En la Ley General de Sanidad, en algunos de sus artículos, se hace referencia a la salud ambiental, resaltando la importancia de prestarles atención a aquellos agentes que pueden ser perjudiciales para la salud en nuestro entorno. De igual modo, en el artículo 45 de la Constitución española de 1978, en su Capítulo tercero, hace mención a que todos los ciudadanos tienen el derecho de disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona.
En Andalucía, fue la Ley 7/1994, de 18 de mayo de Protección Ambiental la que comenzó a tratar la problemática del ruido, considerando la protección medioambiental como una necesidad social y un derecho de los ciudadanos.
El 25 de noviembre de 2003, en el Decreto 326/ 2003, se aprueba el Reglamento de Protección contra la Contaminación Acústica en Andalucía, en el cual se pretende regular la contaminación acústica y tiene en consideración áreas de sensibilidad acústica, donde el ruido debe ser menor que en otras áreas. Entre estas áreas de sensibilidad acústica, nos encontramos a los hospitales.
Si extrapolamos los efectos del ruido al ámbito hospitalario, y más concretamente a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), las medidas a tomar para reducirlo o evitarlo deben ser más exigentes, puesto que en las personas que se encuentran ingresadas, pueden agravar más su situación crítica ya existente.
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