La desinformación durante una emergencia sanitaria: el caso del COVID-19
El pasado 6 de febrero la Organización Mundial de la Salud publicó un informe titulado Comprendiendo la desinformación en el contexto de emergencias de salud pública: el caso del COVID-19 (título original en inglés: Understanding disinformation in the context of public health emergencies: the case of COVID-19), en el que se examinan distintas estrategias para combatir la desinformación. A diferencia de la información errónea, que a menudo es involuntaria, la desinformación se crea deliberadamente para difundir discordia, desconfianza y desharmonía entre objetivos como agencias gubernamentales, expertos científicos, organismos de salud pública, el sector privado y las fuerzas del orden.
Para contrarrestar eficazmente la desinformación, es crucial comprender su historia en el contexto de las enfermedades infecciosas y su impacto en la salud pública con el tiempo. El informe analiza diferentes formas de desinformación relacionada con la pandemia y cómo los perpetradores explotan los mecanismos cognitivos de la audiencia. Algunos mensajes de desinformación están meticulosamente elaborados y se difunden con fines ideológicos, políticos o económicos más amplios, lo que requiere enfoques multifacéticos de organizaciones como la OMS y las organizaciones de salud pública.
El informe propone varias tácticas para combatir la desinformación:
- Sensibilizar sobre la desinformación y la manipulación de la información.
- Promover habilidades de pensamiento crítico.
- Implementar programas de alfabetización digital, de salud y científica.
- Promover fuentes de información confiables y voces autorizadas.
- Apoyar iniciativas de verificación de hechos utilizando tanto tecnología como verificadores humanos.
- Colaborar con partes interesadas relevantes como agencias de seguridad, plataformas de redes sociales, fuerzas del orden, agencias cibernéticas, ONG y organizaciones internacionales para abordar esta amenaza.
- Identificar factores que influyen en la confianza en las poblaciones y cómo estos se explotan en campañas de desinformación, lo que informa soluciones a largo plazo para contrarrestar la desinformación.
El informe subraya la importancia de que las personas evalúen críticamente la información considerando su confiabilidad, autoría, fuentes y la credibilidad de los medios de información. Hace hincapié en la necesidad de construir alianzas multisectoriales para aprovechar las nuevas tecnologías en beneficio de la salud y el bienestar, al mismo tiempo que se enfrentan a amenazas en constante evolución.
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