La homogeneidad de los residuos facilita la separación y la recogida selectiva, mejora su valorización y, por lo tanto, las posibilidades de recuperación.

Si los residuos son heterogéneos, formados por materiales de características muy variadas: plásticos, hormigones, maderas, etc., el material reciclado no reúne la homogeneidad necesaria para su utilización.

En la construcción contemporánea y sobre todo en la más antigua, son dominantes los elementos de construcción en que la unión de los
Principios de diseño.

La construcción formada con materiales homogéneos, fácilmente separables entre ellos, mejora las posibilidades de reutilización de los residuos de construcción.

Aplicabilidad del principio

Se trata de construir los elementos de forma que no se unan por adherencia, de modo que permitan otros sistemas de unión fácilmente separables. Las técnicas de unión por puntos son las más idóneas. Es el caso del atornillado, del clavado, de las inserciones, etc.

La aceptación de este principio favorece la construcción por capas sucesivas de materiales (unos de soporte y otros de acabado), como en el caso de la tabiquería de cartón-yeso, suelos flotantes, cielos rasos, etc. Lo mismo ocurre en la mayor parte de los componentes prefabricados o que tienen origen en la construcción industrializada.

Por otro lado, hace falta que las mezclas de los materiales de origen pétreo (comunes en la construcción más convencional) originen residuos fácilmente reciclables. En este sentido, los enfoscados de mortero de cemento sobre obra de fábrica determinan residuos más fácilmente reciclables que los residuos que llevan adheridos el enyesado habitual.