La encuesta a cirujanos en activo corrobora el uso de sistemas de vídeo integración para mejorar la conectividad durante la intervención y la seguridad del paciente en el quirófano
Existe una necesidad generalizada de mejorar la eficiencia del quirófano y la seguridad del paciente, así como de optimizar la toma de decisiones y la formación quirúrgica. Los avances tecnológicos pueden ofrecer una solución. Se realizó una encuesta en línea a cirujanos italianos bajo los auspicios de la Associazione Chirurghi Ospedalieri Italian (ACOI). El objetivo era recabar sus opiniones sobre las posibles ventajas de adoptar la tecnología de integración de quirófano (IQ) para mejorar la comunicación en el quirófano, entre los departamentos del hospital y con cirujanos y alumnos de otros lugares. Se recibieron un total de 193 respuestas completadas, cuyos resultados respaldaban el uso de la tecnología de IQ.
- Casi todos los encuestados (96 %) creían que la IQ podría mejorar el rendimiento quirúrgico y acelerar la formación (90 %).
- El 87,6 % de los encuestados consideró que poder acceder a las historias clínicas antes y durante la cirugía a través de la IQ es una ventaja importante.
- El 97,9 % consideró que el acceso a través de la IQ a tecnologías robóticas y a los resultados de las pruebas, como fluoroscopias y angiografías, es un aspecto muy positivo.
- El 71,5 % cree que la IQ centralizada podría aumentar el número de intervenciones diarias al ofrecer una mejor supervisión de la actividad y del flujo de trabajo del quirófano.
- El 88,6 % estuvo de acuerdo en que la adopción de la IQ podría facilitar el uso de listas de verificación.
- El 90,2 % cree que un posible efecto favorable de la IQ es poder compartir imágenes en directo con otros profesionales que estén a una determinada distancia, lo que contribuiría a una mejor toma de decisiones.
- El 73 % considera que la IQ centralizada permite que el equipo quirúrgico se centre en el paciente.
El problema
La capacidad para realizar una cirugía segura y eficaz de forma eficiente es fundamental para el funcionamiento de un hospital general moderno. El diseño y los procesos del quirófano influyen en gran medida en la evolución de los pacientes, los costes asistenciales y el ánimo de la plantilla. Son muchos los actores involucrados, normalmente, desde diferentes ubicaciones: cirujanos, anestesistas, personal de enfermería, personal sanitario auxiliar, gerentes y personal administrativo. Todos tienen una función que desempeñar. Además del trabajo en equipo interdisciplinar, la educación, la responsabilidad y la recopilación de datos precisos son elementos esenciales de un sistema sanitario eficiente.
Gestionar un bloque quirúrgico o un único quirófano puede resultar una tarea compleja y exigente. No es de extrañar que todos los partícipes deban hacer frente a diferentes retos a medida que los pacientes se mueven por el sistema. Una comunicación deficiente suele ser la raíz del problema: por ejemplo, la comunicación entre las distintas plantas, la recepción, la sala de anestesia, el quirófano y, posteriormente, el área de recuperación o las unidades de cuidados intensivos/alta dependencia. Todo ello se ve agravado por la necesidad de transferir información entre el archivo de historias clínicas, los servicios de patología y los servicios radiológicos. Además, debe haber una supervisión por parte de la dirección que regule el proceso, sobre todo, si surge algún problema.
La seguridad del paciente es primordial. Los eventos adversos (EA) constituyen un desafío global que afecta a los resultados y aumenta los costes. La investigación ha establecido un vínculo claro entre los niveles de cultura de seguridad en la atención sanitaria y la evolución de los pacientes, destacando la necesidad de reducir los EA.
En función de la especialidad y la carga de trabajo, a veces, un quirófano puede ser un entorno de alta presión; mientras que en otros momentos puede convertirse en un lugar de trabajo rutinario y poco desafiante. Ambas situaciones pueden dar lugar a errores. Así ocurre precisamente cuando se suma un trabajo en equipo, una gestión y una planificación deficientes. Para abordar estas cuestiones y mejorar la seguridad, se han incorporado con gran aceptación las listas de verificación homogeneizadas. La lista de verificación de la seguridad de la cirugía de la Organización Mundial de la Salud (OMS) constituye un enfoque sistemático que ha demostrado reducir las tasas de morbilidad y mortalidad.
La recopilación de datos es crucial para supervisar los procesos y los costes en el quirófano. En la mayoría de las unidades, cada paciente generará un registro histórico único. Tradicionalmente, esto implicaba una laboriosa recopilación de información clave en papel, una tarea poco popular que a menudo se dejaba al personal de enfermería y médico subalterno. Con demasiada frecuencia, se obtenía una captura inexacta, errónea e incompleta de la información. Si bien la adopción de procedimientos y la "formación previa al trabajo" pueden reducir los errores humanos, este parece un ámbito adecuado en el que la tecnología inteligente podría utilizarse de forma beneficiosa.
Los enfoques automatizados y basados en datos facilitan la comunicación, al tiempo que ofrecen una imagen completa de la actividad dentro del quirófano y entre las unidades asociadas. Esta innovación podría tener una gran variedad de aplicaciones, por ejemplo, en el nuevo campo de la cirugía digital. La cirugía digital se define como "el uso de la tecnología para mejorar la planificación preoperatoria, el desempeño quirúrgico, el apoyo terapéutico o la formación con objeto de mejorar los resultados y reducir los daños". La grabación de vídeo independiente se utiliza cada vez más para potenciar la práctica quirúrgica en el quirófano. Al combinar esta solución con tecnología inteligente como parte de un sistema de vídeo integrado, se abre la puerta a todo un abanico de posibles aplicaciones. Estas abarcan desde la introducción de datos "una sola vez" y la transferencia instantánea de información, una mayor conectividad y un flujo de trabajo mejorado, hasta el trabajo colaborativo a distancia y la formación optimizada de todo el personal de quirófano, sin olvidar la supervisión y auditoría quirúrgicas.
Necesidad de información
La incorporación de cualquier nueva tecnología sanitaria implica la evaluación de la seguridad, la aplicabilidad y la rentabilidad. Así ocurre precisamente cuando la innovación es fundamentalmente infraestructural y está dirigida a optimizar el sistema en lugar de a tratar a pacientes individuales.
¿Cómo se pueden recopilar datos que fomenten una mayor aceptación (o cualquier otra forma de integración) si la exposición y la experiencia son limitadas? Una primera estrategia podría ser la búsqueda de toda una variedad de opiniones sobre las posibles ventajas del sistema por parte de aquellos que lo han experimentado en acción o que estén en cierto modo familiarizados. Italia tiene un sistema de salud altamente desarrollado con una plantilla quirúrgica cualificada acostumbrada a adaptarse a las nuevas tecnologías. Una encuesta basada en cuestionario a una amplia variedad de especialidades puede arrojar información sobre su necesidad, además de ayudar a los desarrolladores de dispositivos a evaluar su aplicabilidad y desarrollo futuro.
Metodología
Se realizó una encuesta en línea junto con la Associazione Chirurghi Ospedalieri Italiani (ACOI; Asociación de Cirujanos de Hospitales Italianos), la cual consistió en 19 preguntas desarrolladas a través de varias rondas de revisión. Se publicó en el sitio web de la sociedad entre el 1 de abril y el 30 de junio de 2024, junto con una breve explicación. La participación fue voluntaria y anónima. El inicio de la encuesta se consideró como consentimiento informado para participar y para el almacenamiento, análisis y presentación de los datos. Hillrom/Baxter proporcionó la financiación. Las respuestas sumadas se entregaron sin modificar desde la ACOI a Stgilesmedical Ltd, una organización de redacción e investigación médica con sede en Londres y Berlín.
Resultados
Respuestas de la encuesta
Se recibieron un total de 431 respuestas, de las cuales casi la mitad completaron toda la encuesta (193/431: 44,8 %). A menos que se indique lo contrario, estas 193 respuestas constituyen la base de este informe. Unos 238 participantes presentaron respuestas incompletas (55,2 %).
La cohorte estaba formada por cirujanos experimentados: aproximadamente dos tercios de los encuestados habían ejercido la cirugía durante más de 10 años (132: 68,4 %). Del resto, 29 (15,0 %) habían ejercido la cirugía entre 6 y 10 años y 32 (16,6 %), entre 0 y 5 años.
Datos demográficos
La gran mayoría eran generalistas (183: 94,8 %). Dentro de estos últimos se incluyen cirujanos gastrointestinales y hepatobiliares. En el resto se incluyeron cirujanos vasculares, cardiotorácicos y urológicos (en total 7: 3,6 % cada uno), ortopédicos (5: 2,6 %), plásticos (4: 2,0 %), pediátricos, neurocirujanos y maxilofaciales (en total 2: 1,0 % cada uno), así como 8 (4,1 %) de otras especialidades.
Puntos de vista sobre la tecnología
En nuestro actual panorama sanitario caracterizado por una rápida innovación en todos los ámbitos, no es sorprendente que la mayoría de los encuestados (189: 97,9 %) estuvieran de acuerdo en que los avances tecnológicos de la IQ puedan redundar en una mejor atención al paciente (completamente de acuerdo 145: 75,1 %; de acuerdo a rasgos generales 44: 22,8 %).

Experiencia de la integración de quirófano (IQ)
Con respecto a la IQ, 265 de 431 (61,5 %) ya sabían algo sobre la IQ en el quirófano; mientras que 166 de 431 (38,5 %) no conocían este avance tecnológico. De los encuestados que respondieron a todas las preguntas, casi un tercio eran usuarios habituales de soluciones de IQ (53/193: 27,5 %); mientras que un número similar eran usuarios ocasionales (61/193: 31,6 %). Por su parte, 32 encuestados (16,6 %) habían visto que otros usaban estas soluciones y les gustaría probarlas. Un total de 47 (24,4 %) no tenían experiencia con la IQ.
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