¿Qué se valora hoy en la innovación en salud? Claves, alianzas y aprendizajes desde el ecosistema I+D

QUALUD | JULIO 2025
Tecnología Hospital digital Smart Hospital e-health ¿Qué se valora hoy en la innovación en salud? Claves, alianzas y aprendizajes desde el ecosistema I+D

Un nuevo paradigma en la innovación sanitaria

La innovación en el ámbito de la salud ha dejado de ser un ejercicio de laboratorio o una acción aislada para convertirse en un proceso sistémico, interconectado y, cada vez más, estratégico.

El impulso de políticas públicas, el acceso a fondos europeos, la madurez del sector digital y la presión asistencial tras la pandemia han acelerado la necesidad de repensar cómo investigamos, desarrollamos e implementamos soluciones en salud.

Hoy, hablar de I+D+i en sanidad no significa únicamente apostar por nuevas tecnologías o tratamientos. Significa articular alianzas sólidas entre agentes clínicos, investigadores, startups, instituciones públicas y empresas del sector. Significa buscar impacto, escalabilidad y transferencia real a la práctica asistencial. Significa medir resultados, orientar los proyectos a las necesidades del sistema y colocar en el centro la experiencia del paciente y del profesional sanitario.

Desde Qualud trabajamos precisamente en ese espacio de conexión: acompañando a organizaciones sanitarias, clústeres y entidades de investigación a impulsar proyectos innovadores que combinan rigor científico, enfoque clínico y viabilidad operativa.

A partir de nuestra experiencia acumulada en más de cinco años de experiencia en el sector, recogemos en este artículo algunas claves —compartidas por los propios actores del ecosistema— que hoy marcan la diferencia en el éxito de los proyectos de I+D en salud.

 

Voces del ecosistema: retos, aprendizajes y visión compartida

Para entender qué elementos están marcando la diferencia en los proyectos de innovación sanitaria, resulta esencial escuchar a quienes los lideran desde dentro del sistema. Profesionales que impulsan la transformación desde centros asistenciales, fundaciones de investigación o clústeres sectoriales, y que conocen de primera mano los retos y las palancas del cambio.

Marta S. Bret, directora de WeMind Cluster, centro de innovación y desarrollo de la autonomía en salud mental, envejecimiento y neurociencias, lo explica con claridad:

“A menudo se asocia la innovación con la digitalización, pero en salud mental, la innovación también pasa por cómo diseñamos los servicios, cómo integramos a los profesionales de diferentes disciplinas y cómo conectamos el conocimiento con la práctica clínica.”

Desde su experiencia liderando un clúster multisectorial, Marta insiste en que lo más valorado hoy es la capacidad de trabajar en red y de impulsar proyectos colaborativos que generen soluciones transferibles:

“Los proyectos más potentes no son los más tecnológicos, sino los que han sido cocreados, validados por los equipos asistenciales y orientados a generar cambios reales en la experiencia del paciente.”

Una visión compartida por Laura Buguñá, coordinadora de innovación e investigación en la Fundació de Recerca Mútua Terrassa, quien destaca la importancia de situar la innovación en el núcleo de la estrategia institucional:

“La investigación aplicada cobra sentido cuando está alineada con los retos del hospital y cuando los profesionales asistenciales sienten que forman parte del proceso.”

Laura pone el foco en la necesidad de crear estructuras que faciliten la participación activa de los equipos clínicos en la I+D, superando la tradicional separación entre la práctica y la investigación:

“Cada vez se valora más la capacidad de convertir la práctica diaria en una fuente de conocimiento y mejora. Y eso requiere traducir los objetivos científicos a beneficios tangibles para pacientes y profesionales.”

 

Seis elementos clave que hoy marcan la diferencia en los proyectos de innovación en salud

1. Interoperabilidad y uso eficiente de datos

La transformación digital del sector salud ha puesto el foco en la capacidad de los sistemas para comunicarse entre sí.

Los proyectos más valorados son aquellos que permiten una integración fluida con las plataformas existentes, aprovechan los datos clínicos de forma estructurada y mejoran la toma de decisiones tanto a nivel asistencial como de gestión.

La interoperabilidad ya no es un lujo, sino una condición básica para la escalabilidad y el impacto real.

 

2. Enfoque en experiencia de paciente y profesional

La innovación sanitaria no se mide únicamente en términos técnicos, sino también en cómo mejora la vivencia del paciente y alivia la carga de los equipos profesionales.

Hablamos de innovación cuando se priorizan soluciones que optimizan flujos de trabajo, reducen burocracia, mejoran la comunicación o facilitan procesos clave como el seguimiento o la adherencia.

La co-creación con los usuarios finales (pacientes y personal sanitario) se considera cada vez más un criterio de calidad.

 

3. Escalabilidad y replicabilidad

Un buen piloto ya no es suficiente.  Los inversores y agentes del sistema valoran proyectos que han pensado desde el inicio cómo crecer, cómo adaptarse a otros contextos y cómo generar impacto más allá del entorno inmediato. Esto implica no solo diseño técnico, sino también estrategia de implementación, gobernanza y viabilidad económica.

 

4. Evaluación del impacto clínico, económico y social

No se trata solo de innovar, sino de demostrar que la innovación funciona. Los proyectos que recogen indicadores clínicos, económicos y de satisfacción, y que integran mecanismos de evaluación desde el inicio, tienen más posibilidades de consolidarse y escalar. La medición rigurosa se convierte en una herramienta de legitimidad y mejora continua.

 

5. Sostenibilidad y alineación con políticas públicas

Cada vez se valora más la coherencia de los proyectos con las grandes estrategias de transformación del sistema: transición digital y ecológica, atención integrada, equidad, envejecimiento activo o salud mental.

Los proyectos que suman valor a estas agendas, especialmente si están conectados con los ejes del PERTE Salud de Vanguardia o los Objetivos de Desarrollo Sostenible, tienen mayor proyección y apoyo institucional.

 

6. Alianzas estratégicas y colaboración público-privada

Finalmente, la capacidad de tejer redes sólidas entre distintos actores del sistema (hospitales, universidades, industria, administración, ciudadanía) es clave.

La innovación que surge de un solo agente tiende a fragmentarse o estancarse; la que nace de la colaboración multiplica sus posibilidades de impacto.

Los agentes implicados valoran estructuras que fomentan el trabajo en red, la transferencia de conocimiento y la sostenibilidad compartida.

 

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