Presurización en vías de evacuación: rompiendo mitos sobre el diseño del sistema de presurización
Cada vez es más conocido por los proyectistas que el diseño de un sistema de presurización no depende exactamente de la volumetría del espacio a presurizar, sino que lo importante es identificar los “resquicios” o aberturas que se hallan entre dicho espacio a presurizar y los espacios colindantes. Este era un mito que era necesario romper (y no el único). Es necesario hacer pedagogía de la importancia de tener en cuenta todos y cada uno de los criterios para realizar el cálculo adecuadamente según la norma, y por lo tanto que los edificios ganen en seguridad en caso de incendio.
A través de los “resquicios” o aberturas se producen fugas de aire desde el espacio presurizado al resto del edificio (recordemos que el aire siempre se mueve desde las zonas con presión alta -espacio presurizado- hacia las zonas con presión baja -resto del edificio-). Estas fugas de aire deben ser compensadas por el sistema de presurización mediante la impulsión de aire exterior para mantener el nivel de presurización requerido.
Por tanto, para el dimensionado del sistema de presurización es clave conocer todas las fugas que pueda haber desde la escalera hacia los espacios colindantes, por ejemplo, a través de puertas y de paredes, y tenerlos en cuenta en todos y cada uno de los criterios a calcular en función de la clase aplicada.
La norma UNE EN 12101-6 indica las áreas de fuga a considerar en función del tipo de puerta, del tipo de ventana y de la calidad del cerramiento, fugas a tener en cuenta en todos los criterios aplicables, incluidos los que contemplan puertas abiertas.
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