Biodonostia entra en la élite de los institutos de investigación sanitarios.
Biodonostia es ya el primer instituto de investigación sanitaria de Euskadi acreditado por el Ministerio de Sanidad. El Instituto de Salud Carlos III hizo ayer oficial el resultado del proceso de acreditación, lo que hace que el centro liderado por el Hospital Donostia pase a formar parte de la `primera división` de institutos de investigación sanitaria del Estado. Un grupo selecto al que hasta ahora sólo pertenecían 14 hospitales que, muy a menudo, son foco de elogios y distinciones por su buen hacer clínico e investigador: el Clinic de Barcelona, La Fe de Valencia, el Virgen del Rocío de Sevilla, el Ramón y Cajal de Madrid...
La acreditación al instituto donostiarra servirá además para dinamizar aún más el trabajo del centro donostiarra. No en vano, le permitirá formar parte de importantes proyectos de investigación en red junto al resto de centros acreditados y disponer de una estructura reconocida para acceder, en una mejor posición, a financiación de fuentes públicas y privadas.
Biodonostia fue inaugurado el 15 de noviembre de 2010. Desde entonces, en el centro, ubicado en el complejo del Hospital Donostia, se trabajaba a pleno rendimiento en labores de investigación pero siempre mirando de reojo al Instituto Carlos III, que se ha ocupado del proceso de acreditación. Y ayer se conoció el resultado. La comisión de evaluación del Carlos III decidió por «unanimidad» conceder la acreditación como instituto de investigación sanitaria a Biodonostia, lo que distingue el «grado de excelencia» en su labor.
Pero el proceso ha sido «largo y complejo». No en vano, con la acreditación a Biodonostia se abre paso a una «fórmula novedosa» de configuración de los institutos sanitarios. Los 14 hasta ahora acreditados estaban formados por un hospital y una universidad. Biodonostia, en cambio, suma al proyecto además a los centros tecnológicos.
El Ministerio de Sanidad concede la acreditación que esperaba el centro del Hospital Donostia. Ingresa en un grupo selecto en el que figuran el Clinic de Barcelona, la Fe de Valencia o el Virgen del Rocío de Sevilla.La composición del instituto es singular. El Hospital Donostia es el «núcleo» de un magma de entidades asociadas. «Sin el hospital no existiría Biodonostia», recalca Arrizabalaga. Los agentes investigadores del instituto son la UPV, la subdirección de Salud Pública del Departamento de Sanidad, Osatek (radiaciones), el Instituto Gerontológico de la Fundación Matía, Ingema, CiC Microgune, Inbiomed y Vicomtech. Todas ellos aportan personal científico al instituto.
Además, tiene el respaldo de BIO, la fundación para la investigación creada por el Departamento de Sanidad, la Diputación Foral de Gipuzkoa y el Parque Tecnológico de San Sebastián. Asimismo, cuenta con convenios con CIC Biomagune, CIC Nanogune, la Fundación Cidetec, la Fundación Ikerbasque, BCBL, Onkologikoa, CITA Alzheimer y la Fundación Doctor Carlos Elosegui de Policlínica Gipuzkoa.
El trabajo conjunto de todos ellos ya está dando sus frutos en proyectos que están en marcha. Partiendo de la extensa experiencia clínica del Hospital Donostia, la investigación de Biodonostia se encarga de detectar cuáles son los problemas y necesidades de los pacientes. Posteriormente, estos problemas se trasladan a los centros tecnológicos y de investigación asociados para tratar de dar con tecnologías aplicables en este campo. El resultado es la creación, por ejemplo, de nuevas aplicaciones de diagnóstico rápido de enfermedades o el diseño de biosensores, que pueden experimentarse primero en animales y luego en pacientes. «Al tratarse de un trabajo orientado, los tiempos de investigación se reducen mucho. Se beneficia al paciente y su industrialización posterior generará riqueza en Gipuzkoa», recalca Arrizabalaga.
La acreditación al instituto donostiarra servirá además para dinamizar aún más el trabajo del centro donostiarra. No en vano, le permitirá formar parte de importantes proyectos de investigación en red junto al resto de centros acreditados y disponer de una estructura reconocida para acceder, en una mejor posición, a financiación de fuentes públicas y privadas.
Biodonostia fue inaugurado el 15 de noviembre de 2010. Desde entonces, en el centro, ubicado en el complejo del Hospital Donostia, se trabajaba a pleno rendimiento en labores de investigación pero siempre mirando de reojo al Instituto Carlos III, que se ha ocupado del proceso de acreditación. Y ayer se conoció el resultado. La comisión de evaluación del Carlos III decidió por «unanimidad» conceder la acreditación como instituto de investigación sanitaria a Biodonostia, lo que distingue el «grado de excelencia» en su labor.
Pero el proceso ha sido «largo y complejo». No en vano, con la acreditación a Biodonostia se abre paso a una «fórmula novedosa» de configuración de los institutos sanitarios. Los 14 hasta ahora acreditados estaban formados por un hospital y una universidad. Biodonostia, en cambio, suma al proyecto además a los centros tecnológicos.
El Ministerio de Sanidad concede la acreditación que esperaba el centro del Hospital Donostia. Ingresa en un grupo selecto en el que figuran el Clinic de Barcelona, la Fe de Valencia o el Virgen del Rocío de Sevilla.La composición del instituto es singular. El Hospital Donostia es el «núcleo» de un magma de entidades asociadas. «Sin el hospital no existiría Biodonostia», recalca Arrizabalaga. Los agentes investigadores del instituto son la UPV, la subdirección de Salud Pública del Departamento de Sanidad, Osatek (radiaciones), el Instituto Gerontológico de la Fundación Matía, Ingema, CiC Microgune, Inbiomed y Vicomtech. Todas ellos aportan personal científico al instituto.
Además, tiene el respaldo de BIO, la fundación para la investigación creada por el Departamento de Sanidad, la Diputación Foral de Gipuzkoa y el Parque Tecnológico de San Sebastián. Asimismo, cuenta con convenios con CIC Biomagune, CIC Nanogune, la Fundación Cidetec, la Fundación Ikerbasque, BCBL, Onkologikoa, CITA Alzheimer y la Fundación Doctor Carlos Elosegui de Policlínica Gipuzkoa.
El trabajo conjunto de todos ellos ya está dando sus frutos en proyectos que están en marcha. Partiendo de la extensa experiencia clínica del Hospital Donostia, la investigación de Biodonostia se encarga de detectar cuáles son los problemas y necesidades de los pacientes. Posteriormente, estos problemas se trasladan a los centros tecnológicos y de investigación asociados para tratar de dar con tecnologías aplicables en este campo. El resultado es la creación, por ejemplo, de nuevas aplicaciones de diagnóstico rápido de enfermedades o el diseño de biosensores, que pueden experimentarse primero en animales y luego en pacientes. «Al tratarse de un trabajo orientado, los tiempos de investigación se reducen mucho. Se beneficia al paciente y su industrialización posterior generará riqueza en Gipuzkoa», recalca Arrizabalaga.
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