El dolor reivindica su lugar en los hospitales españoles
Como no va a tener dolor si le acaban de operar.... "Pero si tiene 95 años, qué espera...". Estas reacciones son típicas en los hospitales españoles, pues en cuatro de cada 10 no hay medición del dolor, la quinta constante tras la temperatura, el pulso, la respiración y la tensión arterial. Así se desprende de un estudio de la Sociedad Española del Dolor (SEN) presentado ayer, en su día mundial.
Conocer el dolor del paciente, cuándo aparece, cómo es y con qué su intensidad es clave. Pero, ¿cómo se mide? "Existen escalas, de intensidad 1 a 10, de inexistencia del dolor al máximo soportable, pero el dolor siempre es el que el paciente dice que tiene, no el que el doctor cree", señala la doctora Ana Mañas, presidenta de la Comisión Hospital Sin Dolor, del Hospital La Paz de Madrid.
Señales de alerta
El dolor avisa de que algo amenaza al cuerpo, y de si es irruptivo o continuado, en un sitio o irradiado a otras extremidades, en forma de latigazo, puñalada o calambre... depende el diagnóstico y el tratamiento. Por eso Mañas llama a tenerlo en cuenta en todas las especialidades, y no sólo en las que tradicionalmente se ha abordado, como en la suya, oncología.
En urgencias, un 43% de los ingresos es por algún dolor, según la SEN, lo que es preocupante si se tiene en cuenta que sólo en el 9% de los hospitales hay programas de formación en dolor para su plantilla en profesionales de urgencias.
Claro que a veces la culpa no es sólo del médico. En otros casos es el paciente el que no relata un cuadro de dolor: "Algunos por hacerse el machito, otros por consideraciones religiosas, o por ocultar al médico una enfermedad de base, se aguantan. Pero el dolor no hay que aguantarlo, hay que tratarlo", concluye Mañas.
En cuatro de cada 10 no se mide, a diferencia de temperatura o pulso.
LAS CLAVES
1 Tipos. De los dolores que llevan a urgencias, el 39,2% es por traumatismo, el 27,7% por dolor grave y el 15,9% por dolor crónico. En España, un 22% de la población sufre dolor crónico.
2 Medición. Existen dos escalas: escala verbal numérica (de 0 a 10) y escala verbal simple (no dolor, dolor moderado, leve, intenso, muy intenso) .
3 Tratamiento. Los más comunes son paracetamol y anti imflamatorios (73,3%), seguidos de opioides débiles (25,4%), mayores (16,9%) e infiltraciones (8,5%). Además, cada vez más se recurre a masajes, reposo... El 3% del PIB se va en fármacos para el dolor.
4 Opioides. Su uso en España se ha multiplicado por 20 desde 1992, pero aún está lejos de las cifras de Alemania o Dinamarca.
5 Insensibilidad. El umbral del dolor depende de muchos factores. Combinado con insomnio o depresión se percibe más. En casos raros hay insensibilidad congénita al dolor. "Son personas que no llegan a la edad adulta, porque el dolores una señal de alerta", apunta el doctor Ignacio Calvo.
Conocer el dolor del paciente, cuándo aparece, cómo es y con qué su intensidad es clave. Pero, ¿cómo se mide? "Existen escalas, de intensidad 1 a 10, de inexistencia del dolor al máximo soportable, pero el dolor siempre es el que el paciente dice que tiene, no el que el doctor cree", señala la doctora Ana Mañas, presidenta de la Comisión Hospital Sin Dolor, del Hospital La Paz de Madrid.
Señales de alerta
El dolor avisa de que algo amenaza al cuerpo, y de si es irruptivo o continuado, en un sitio o irradiado a otras extremidades, en forma de latigazo, puñalada o calambre... depende el diagnóstico y el tratamiento. Por eso Mañas llama a tenerlo en cuenta en todas las especialidades, y no sólo en las que tradicionalmente se ha abordado, como en la suya, oncología.
En urgencias, un 43% de los ingresos es por algún dolor, según la SEN, lo que es preocupante si se tiene en cuenta que sólo en el 9% de los hospitales hay programas de formación en dolor para su plantilla en profesionales de urgencias.
Claro que a veces la culpa no es sólo del médico. En otros casos es el paciente el que no relata un cuadro de dolor: "Algunos por hacerse el machito, otros por consideraciones religiosas, o por ocultar al médico una enfermedad de base, se aguantan. Pero el dolor no hay que aguantarlo, hay que tratarlo", concluye Mañas.
En cuatro de cada 10 no se mide, a diferencia de temperatura o pulso.
LAS CLAVES
1 Tipos. De los dolores que llevan a urgencias, el 39,2% es por traumatismo, el 27,7% por dolor grave y el 15,9% por dolor crónico. En España, un 22% de la población sufre dolor crónico.
2 Medición. Existen dos escalas: escala verbal numérica (de 0 a 10) y escala verbal simple (no dolor, dolor moderado, leve, intenso, muy intenso) .
3 Tratamiento. Los más comunes son paracetamol y anti imflamatorios (73,3%), seguidos de opioides débiles (25,4%), mayores (16,9%) e infiltraciones (8,5%). Además, cada vez más se recurre a masajes, reposo... El 3% del PIB se va en fármacos para el dolor.
4 Opioides. Su uso en España se ha multiplicado por 20 desde 1992, pero aún está lejos de las cifras de Alemania o Dinamarca.
5 Insensibilidad. El umbral del dolor depende de muchos factores. Combinado con insomnio o depresión se percibe más. En casos raros hay insensibilidad congénita al dolor. "Son personas que no llegan a la edad adulta, porque el dolores una señal de alerta", apunta el doctor Ignacio Calvo.
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