“El modelo arquitectónico de residencia está optando por acercar los cuidados a los dependientes y evitar su desplazamiento”
Los cuidados a los mayores que viven en residencias no debe limitarse solo a los servicios tradicionales que engloba la atención sociosanitaria. La arquitectura y el diseño de los espacios también tiene un importante papel que cumplir. Este aspecto ha venido cambiando en los últimos años en Europa, donde Alemania se ha convertido en un gran ejemplo. El sociólogo Miguel Montero analiza con Publicación de Dependencia y Atención Sociosanitaria los cambios que ha vivido el sector en este sentido.
¿En qué ha cambiado la estructura arquitectónica de las residencias de mayores en los últimos años?
Hemos vivido un cambio de unos modelos hospitalarios de asilo a unos modelos que priman pequeñas unidades convivenciales, en el mejor de los casos de 6 a 8 personas, que asumen todas las funciones: cocina, atención, etc, y que siguen el modelo de familia, distanciándose del modelo de asilo o de hospital. Estos modelos optan por acercar los cuidados a la persona en situación de dependencia, a diferencia de los modelos en los que la persona dependiente debe desplazarse a servicios centralizados.
Hay otras iniciativas innovadoras, como por ejemplo abrir los centros al entorno, es decir, crear centros que ofrecen servicios para la comunidad, para el barrio, y de esa manera abrir la vida de las personas en situación de dependencia a la sociedad, garantizando su participación.
Estos son los dos grandes cambios, que básicamente potencian la autonomía y responden al deseo de las personas de tener un mayor grado de independencia.
Hablan de evidencias científicas en el ámbito de las residencias. ¿Cómo afecta la arquitectura a la atención a mayores y dependientes?
Hay un gran campo que es la arquitectura interior para las personas con una demencia, ahí claramente está probada la mejora de la atención y de la calidad de vida. En líneas generales he presentado unos test, unas encuestas, realizadas a todos las residencias alemanas y claramente el grado de satisfacción es mayor y la atención es mejor cuanta más cercanía hay, cuanto más pequeñas son las unidades.“Hemos vivido un cambio de unos modelos hospitalarios de asilo a unos modelos que priman pequeñas unidades convivenciales”Ha presentado la situación normativa alemana y ha hablado de ciertos cambios para avanzar en la garantía de derechos. ¿Cuáles son esos cambios?
Ha habido una transferencia de la competencia de la atención a la dependencia a los länder alemanes. Prácticamente todos ellos han desarrollado leyes propias, y muchas de ellas contemplan la posibilidad de experiencias innovadoras, de romper el modelo clásico de la residencia y pasar, por ejemplo, a unidades más pequeñas, abrir los centros a las sinergias de diferentes tipos (centros de día con residencia a jornada completa, por ejemplo).
Por otro lado ha presentado experiencias innovadoras en modelos de atención…
Creo que una experiencia básica es la que en Alemania se denomina la quinta generación de residencias, que es la que se inicia en los últimos años. Esto supone romper las estructuras de las residencias y, como decía antes, abrirlas a la sociedad, al entorno.
Por otra parte, me parece muy interesante integrar a todas las generaciones en la residencia, es decir, ofrecer por ejemplo servicios de guardería, mercados, atención médica, para toda la comunidad y garantizar con ello el que sea una convivencia entre generaciones. Creo que esta es una experiencia central y supongo que también extrapolable a un entorno como el español.
Habla de proyectos extrapolables. Considera que las iniciativas normativas, arquitectónicas o de innovación son extrapolables al modelo español?
La situación económica hace difícil los grandes cambios, que cuestan mucho dinero y requiere una gran inversión, también desde el capital privado. Lo que está claro es que hay formas de baja intensidad, sobre todo en la atención para las demencias, que son posibles ya, como puede ser el adecuar el entorno, o un trabajo biográfico con estos pacientes, conseguir trabajar con la luz, con los colores, facilitar la orientación en espacios. En definitiva, medidas con un coste menos intenso pero que benefician directamente a las personas que viven en una residencia de este tipo.
¿En qué ha cambiado la estructura arquitectónica de las residencias de mayores en los últimos años?
Hemos vivido un cambio de unos modelos hospitalarios de asilo a unos modelos que priman pequeñas unidades convivenciales, en el mejor de los casos de 6 a 8 personas, que asumen todas las funciones: cocina, atención, etc, y que siguen el modelo de familia, distanciándose del modelo de asilo o de hospital. Estos modelos optan por acercar los cuidados a la persona en situación de dependencia, a diferencia de los modelos en los que la persona dependiente debe desplazarse a servicios centralizados.
Hay otras iniciativas innovadoras, como por ejemplo abrir los centros al entorno, es decir, crear centros que ofrecen servicios para la comunidad, para el barrio, y de esa manera abrir la vida de las personas en situación de dependencia a la sociedad, garantizando su participación.
Estos son los dos grandes cambios, que básicamente potencian la autonomía y responden al deseo de las personas de tener un mayor grado de independencia.
Hablan de evidencias científicas en el ámbito de las residencias. ¿Cómo afecta la arquitectura a la atención a mayores y dependientes?
Hay un gran campo que es la arquitectura interior para las personas con una demencia, ahí claramente está probada la mejora de la atención y de la calidad de vida. En líneas generales he presentado unos test, unas encuestas, realizadas a todos las residencias alemanas y claramente el grado de satisfacción es mayor y la atención es mejor cuanta más cercanía hay, cuanto más pequeñas son las unidades.“Hemos vivido un cambio de unos modelos hospitalarios de asilo a unos modelos que priman pequeñas unidades convivenciales”Ha presentado la situación normativa alemana y ha hablado de ciertos cambios para avanzar en la garantía de derechos. ¿Cuáles son esos cambios?
Ha habido una transferencia de la competencia de la atención a la dependencia a los länder alemanes. Prácticamente todos ellos han desarrollado leyes propias, y muchas de ellas contemplan la posibilidad de experiencias innovadoras, de romper el modelo clásico de la residencia y pasar, por ejemplo, a unidades más pequeñas, abrir los centros a las sinergias de diferentes tipos (centros de día con residencia a jornada completa, por ejemplo).
Por otro lado ha presentado experiencias innovadoras en modelos de atención…
Creo que una experiencia básica es la que en Alemania se denomina la quinta generación de residencias, que es la que se inicia en los últimos años. Esto supone romper las estructuras de las residencias y, como decía antes, abrirlas a la sociedad, al entorno.
Por otra parte, me parece muy interesante integrar a todas las generaciones en la residencia, es decir, ofrecer por ejemplo servicios de guardería, mercados, atención médica, para toda la comunidad y garantizar con ello el que sea una convivencia entre generaciones. Creo que esta es una experiencia central y supongo que también extrapolable a un entorno como el español.
Habla de proyectos extrapolables. Considera que las iniciativas normativas, arquitectónicas o de innovación son extrapolables al modelo español?
La situación económica hace difícil los grandes cambios, que cuestan mucho dinero y requiere una gran inversión, también desde el capital privado. Lo que está claro es que hay formas de baja intensidad, sobre todo en la atención para las demencias, que son posibles ya, como puede ser el adecuar el entorno, o un trabajo biográfico con estos pacientes, conseguir trabajar con la luz, con los colores, facilitar la orientación en espacios. En definitiva, medidas con un coste menos intenso pero que benefician directamente a las personas que viven en una residencia de este tipo.
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