Arquitectura Sanitaria en situaciones de emergencia humanitaria
Este artículo está escrito por Laura Riba Ustrell, es una versión resumida de su Trabajo de Final de Grado, tutorizado por María del Mar Pérez Cambra, en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona
Frente a una situación de emergencia humanitaria, la arquitectura tiene un papel muy importante y debe proyectar para la salud según unos requerimientos específicos e indispensables para dar una respuesta rápida a las distintas necesidades que se presenten y permitir la cobertura sanitaria en esas situaciones más complejas proyectando a la vez con una visión de futuro.
Podemos diferenciar tres tipologías de arquitectura de emergencia: la arquitectura efímera, la arquitectura temporal y la arquitectura permanente. Éstas no se rigen por un tiempo determinado, sino que es la misma respuesta arquitectónica, según la estructura y sistema constructivo planteados, quienes determinaran su perdurabilidad en el tiempo.
La arquitectura para la salud debe considerar unos requisitos mínimos a la hora de proyectarse. Las prestaciones mínimas que tiene que presentar la arquitectura de emergencia sanitaria para resolver correctamente y funcionalmente las necesidades y permitir la cobertura de la asistencia sanitaria en esas situaciones más difíciles y complejas son:
- Tiempo de ejecución
- Flexibilidad y adaptabilidad
- Modularidad y escalabilidad
- Organización general de una infraestructura sanitaria: programa, circulaciones y zonificación
- Condiciones de salubridad: calidad del aire interior y protección frente a la humedad y confort térmico
- Sostenibilidad y gestión de residuos
Tiempo de ejecución
El tiempo de ejecución puede variar en función de la urgencia y las necesidades que se requieran en cada situación. Éste va íntimamente relacionado con el proceso de construcción y el tipo de estructura que se proyecte. Podemos clasificar estas construcciones en tres grupos según el tiempo de ejecución:
- Tiempo de ejecución menor a dos días: construcciones en seco, estructuras prefabricadas, estructuras tensadas, estructuras tipo contenedores… Y los materiales empleados generalmente serán importados o de proximidad, como por ejemplo la madera. Este tipo de arquitectura tiene un carácter más efímero o temporal, proyectado para dar una respuesta muy rápida frente a una situación de emergencia sanitaria.
- Tiempo de ejecución inferior a dos semanas: en este caso, ya podemos encontrar construcciones en seco como construcciones in situ, o mixtas. Suelen ser estructuras de carácter más temporal que efímero.
- Tiempo de ejecución superior a dos semanas: son construcciones más complejas, ya sean en seco como in situ, que dando respuesta a una situación de emergencia están pensadas para perdurar en el tiempo.
Flexibilidad y adaptabilidad
La respuesta que debe dar la arquitectura en este tipo de situaciones debe ser rápida, ofreciendo una respuesta adecuada y sostenible sin desviar la mirada hacia el futuro.
La flexibilidad permite la adaptabilidad de la arquitectura en el tiempo. La capacidad de transformarse viéndose reflejada a través de la durabilidad, la interactividad con el entorno y la movilidad o portabilidad de esa estructura. Para ello deben usarse tecnologías flexibles que favorezcan la adaptabilidad en el espacio y permitan optimizar espacios y costes.
Por ese motivo, incorporar la flexibilidad al diseño de la arquitectura de emergencia es fundamental e indispensable para hacer una buena arquitectura. Una arquitectura flexible permite amoldarse a distintos contextos, situaciones y dialogar con el entorno, así como la reutilización de los materiales de construcción, disminuyendo el uso de recursos y energía, disminuyendo costes.
Modularidad y escalabilidad
Las agrupaciones y composiciones son posibles a partir de una unidad mínima funcional, el módulo. Este diseño modular permite ser escalable y, por lo tanto, ampliable, permitiendo añadir o quitar módulos sin que el sistema se vea afectado.
El uso de sistemas modulables y escalables es fundamental para la flexibilidad de cualquier estructura y prevé las necesidades futuras pudiéndose adaptar.
La arquitectura modular parte de dos premisas básicas, la prefabricación y la capacidad de agregación de módulos. Así pues, esta arquitectura se caracteriza por su versatilidad y puede presentar distintas tipologías.
Un ejemplo es el caso del Hospital de Leishenshan que se construyó con un sistema modular, consiguiendo una estructural global compacta y óptima para el buen funcionamiento del hospital Covid-19.
La construcción del módulo se produce en dos fases. La primera tiene lugar en la fábrica y la segunda se realiza in situ donde se terminará su proceso de montaje. Consiguiendo así un mayor control y una optimización de los materiales emprados.
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