Diseño de instalaciones prenatales para atención de partos naturales
El parto natural tiene como objetivo respetar el proceso fisiológico del alumbramiento con mínima intervención obstétrica, evitando actuaciones que no sean imprescindibles para garantizar la seguridad del bebé o de la madre.
Sin embargo el concepto de seguridad es muy controvertido según el país donde nos encontremos, a pesar de que la OMS y cada vez más gobiernos recomiendan la evolución hacía partos menos intervencionistas, lo cierto es que el número de partos instrumentalizados varia en gran medida de un país a otro, siendo España uno de los países europeos con mayor número de partos instrumentalizados solo superado por Irlanda.
En el área de maternidad, sin duda, los países nórdicos están a la cabeza de Europa, no únicamente por disponer de los menores índices de partos instrumentalizados con la correspondiente mejora de los periodos de recuperación de las madres, sino porque además disponen de una política envidiable de conciliación de maternidad y vida profesional.
En España, las solicitudes de atención de parto natural crecen cada año, tan solo en Cataluña, en el año 2010, se triplicaron las solicitudes de parto natural y por este motivo se incrementó el número de hospitales acreditados para atenderlos, pasando de 5 a 28 centros en el periodo de 2005 a 2010. Y es que a pesar de que la cesárea está indicada sólo en un 15% de los partos, en Cataluña se aplica en un 23% de las clínicas públicas y casi en un 40% de las clínicas privadas.
Para atender un parto natural, el hospital no solo debe contar con profesionales formados al respeto, sino que las instalaciones deben ser adaptadas para atender a la parturienta previniendo las posibles complicaciones. Se trata de instalaciones de atención individualizada preparadas para atender de forma instrumental o quirúrgica a la paciente en caso de emergencia.
Las necesidades de la paciente
En el diseño arquitectónico los espacios deben ser pensados en relación a la actividad humana que en ellos se va a llevar a cabo. La tendencia a medicalizar en exceso un proceso fisiológico natural como es el parto, nos ha llevado al diseño de espacios fríos y tecnológicos en los que la parturienta se sitúa en el centro de la habitación donde es inmovilizada y donde queda supeditada a las decisiones del equipo médico.
Por el contrario, en el parto natural, se garantiza la libertad de movimientos de la mujer, pudiendo decidir ella misma la posición más adecuada en cada momento en función del momento en el que se encuentra. Se dispone de una cama, de una bañera y de espacio suficiente para caminar y sentarse cuando sea necesario.
La iluminación, la acústica, el color, la temperatura, la disposición y diseño del mobiliario de habitación y aseo y los materiales seleccionados deben transmitir sensación de seguridad y tranquilidad.
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