La comodidad de las personas como foco del diseño en las infraestructuras sanitarias
El confort y el bienestar han emergido como factores esenciales a tener en cuenta en la arquitectura de las infraestructuras sanitarias, puesto que las expectativas de los pacientes han cambiado y existe una mayor conciencia sobre la importancia del impacto que puede llegar a tener el diseño en los pacientes.
La humanización en las infraestructuras sanitarias, enfoque que promovemos desde ISS con el Decálogo de Bienestar Sanitario, plantea cómo un ambiente sanitario agradable mejora tanto la experiencia de profesionales y de los usuarios como su salud y bienestar.
Uno de los aspectos que contempla este decálogo es el efecto positivo que tiene la adecuada iluminación de los espacios de trabajo y de recuperación de los pacientes en el bienestar de las personas. La iluminación circadiana ayuda a mejorar los estados de ánimo, regula los ciclos de sueño y eleva los niveles de energía. En definitiva, favorecen tanto la recuperación de los pacientes, creando un clima más agradable ligado a la hora del día, como la creación de entornos de trabajo adecuados para los profesionales sanitarios. Tanto la luz natural en los períodos diurnos, como la iluminación artificial en ámbitos donde no está disponible la iluminación natural, deben contribuir a este objetivo. En el caso de la iluminación artificial mediante el uso de reguladores que permitan controlar la intensidad, así como manteniendo una temperatura de color adecuada para crear un ambiente ligado a la hora del día.
Por otra parte, también ponemos de manifiesto la necesidad de incorporar sistemas de gestión integral de la calidad del aire que ayuden a mejorar el confort y la seguridad de los espacios. Y es que, en centros sanitarios, es fundamental controlar las infecciones y garantizar un ambiente saludable, sobre todo en áreas críticas (quirófanos, UCIs, neonatos, etc.). Por ello, los sistemas de tratamiento de aire deben ser capaces de proporcionar un flujo constante de aire fresco, garantizando las renovaciones exigidas, y disponer de sistemas de filtrado adecuados mediante filtros HEPA, valorando la incorporación de sistemas de desinfección UV-C.
Asimismo, de la misma manera que hay que realizar una inversión en los sistemas de gestión de la calidad del aire, también es necesario hacerlo en los equipos de tratamiento de aire y sistemas de control para que sean eficientes, permitiendo ajustes basados en la ocupación y uso del espacio, para mejorar tanto el confort como la eficiencia energética. Estos sistemas deben mantener temperaturas óptimas y estables para cada área específica del centro sanitario, diferenciando entre las zonas indicadas para pacientes y aquellas en las que se realizan tareas médicas.
Defendemos este concepto de humanización de los espacios entendiendo la arquitectura y el diseño como un instrumento transformador que permite potenciar unos entornos más agradables y empáticos que mejoran el estado emocional y la seguridad de todas las personas que acuden a los centros sanitarios.
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