El Hospital Marítimo de Oza de A Coruña
Este artículo se publicó por primera vez en septiembre de 2021 en la publicación Quincemil, un nuevo proyecto editorial surgido del diario EL ESPAÑOL.
Situado en una zona casi periurbana de A Coruña, este proyecto desarrollado por los arquitectos Andrés Reboredo y Albert de Pineda entre 1993 y 1995 constituye una lección de arquitectura contemporánea.
Las obras de arquitectura se componen de capas abstractas que dibujan la identidad del edificio. Aunque estas se han materializado de formas diversas a lo largo de la historia, una o quizás dos de ellas, tienen una mayor presencia perceptiva creando una imagen cultural del edificio. La abstracción que construye la idea arquitectónica de un proyecto define su esencia, y se teje de forma natural a la trama urbana.
‘’Estamos bajo la sombra de los árboles. Vastas praderas se extienden a nuestro alrededor. El aire es limpio y puro; apenas se oye un ruido. ¿Qué? ¿Qué no vemos dónde están los edificios”
"Miremos al cielo a través de los arabescos delicadamente adornados de las ramas, hacia esas torres de cristal generosamente espaciadas que se elevan más altas que cualquier otro pináculo sobre la tierra". Hellman, Geoffrey T ‘From within to without’ The New Yorker Abril-Mayo 1947.
Manhatan, 1929
La construcción de Manhattan comienza de manera natural como una ciudad de colonización más. Pero varias décadas después, cuando el rascacielos es ya una arquitectura identitaria de la ciudad, de abre un debate sincero sobre la morfología urbana. La relación entre el edificio y el tejido urbano es sometida a crisis desde la perspectiva territorial. La respuesta, sin embargo, no permitía frenar la dinámica de la ciudad, a cambio trazaba una nueva relación con la naturaleza.
‘’Esos prismas translúcidos que parecen flotar en el aire sin anclaje alguno al terreno, que brillan con el sol del verano, que resplandecen suavemente bajo los cielos grises del invierno y que destellan mágicamente al anochecer, son enormes bloques de oficinas’’. Hellman, Geoffrey T ‘From within to without’ The New Yorker Abril-Mayo 1947.
De vuelta en Europa, este pequeño debate, parece una cuestión resuelta, el peso de la memoria y la presencia del lugar, son condiciones inapelables en la génesis del proyecto. En A Coruña, el territorio y el carácter topográfico de la ciudad determinan en gran parte la estructura urbana y la identidad del proyecto arquitectónico.
Un hospital al borde del mar
El hospital marítimo de Oza es una obra compleja, desde el punto de visto programático y topográfico. El programa de necesidades de un edificio de carácter sanitario es extremadamente minucioso y requiere rigor. Los protocolos seguidos en las actividades sanitarias exigen soluciones arquitectónicas rígidas, pero al mismo tiempo una atmósfera de alta calidad cuya afección sobre los usuarios sea positiva, creando un espacio agradable, tranquilo y neutro. Desde el punto de vista territorial, el edificio es un desafío ya que se asienta sobre una gran pendiente, pero esconde un truco dentro de sí, y es que se asienta sobre la huella de otro sanatorio, por lo que de alguna forma el lugar se encuentra de manera perceptiva ‘adaptado’ a un uso similar. Por si estos planteamientos no fuesen suficientemente complejos, los arquitectos proponen una pieza elegante de aspecto sencillo, pero que guarda en su interior una estructura sorprendente. Un rasgo que pasa deliberadamente desapercibido, ya que como dicen los maestros la buena arquitectura no grita su presencia.
"Los arquitectos proponen una pieza elegante de aspecto sencillo, pero que guarda en su interior una estructura sorprendente".
Texto y foto: Nuria Prieto
El proyecto de este hospital fue desarrollado entre 1993 y 1995 por los arquitectos Andrés Reboredo y Albert de Pineda. Los arquitectos concibieron un volumen alargado, de 135m de longitud, elevando sobre el suelo. La caja se posiciona de una manera muy cuidadosa sobre el lugar. En primer lugar, se eleva sobre el terreno para preservar los jardines terapéuticos de principios de siglo preexistentes. Esta estrategia además de resultar respetuosa con la memoria del lugar permite mantener la traza natural del terreno y la transparencia en la vista del mar ventilando al mismo tiempo el edificio en su parte inferior. Por otra parte, la posición del bloque en paralelo al camino (antigua carretera de castilla) hace que este no pueda percibirse completo, sino en escorzo, lo que estiliza su percepción desde la calle. La mirada fragmentada sobre el mismo es también resultado de su ubicación, rodeado de árboles, que interrumpe la continuidad formal de la pieza.
El edificio se eleva sobre el suelo para así "preservar los jardines terapéuticos de principios de siglo preexistentes" y "mantener la traza natural del terreno y la transparencia en la vista del mar ventilando al mismo tiempo el edificio en su parte inferior".
Texto y Foto: Nuria Prieto
Al volumen principal del edificio se le asocia otra pequeña pieza que permite el acceso. Para resaltar el volumen principal respecto de la pieza secundaria, se dispone una separación acristalada entre ambos. La diferencia de escala de las dos piezas es notable, aunque la mayor debido a su proporción parece aún más esbelta, ya que la longitud de 135m se percibe mayor debido a que el ancho del paralelepípedo es de tan sólo 16m. El edificio se culmina con una cubierta que se encuentra muy presente en la imagen que transmite: extremada ligereza. Una delicadeza estructural que la hace aparecer como una hoja de papel apoyada sobre un volumen. La estilizada materialización de la pieza con combinación con una estructura muy afinada, presentan al edificio como una figura casi flotante.
"Al volumen principal del edificio se le asocia otra pequeña pieza que permite el acceso."
Foto: Luis Santaya
Funcionalismo sanitario
A nivel interno, el edificio alberga dos plantas idénticas con una ordenación muy clara: núcleo de comunicaciones conectado al pasillo central que da acceso a las consultas o habitaciones y dos puestos de enfermería. De esta forma se optimiza el funcionalismo del edificio, en el que ninguna circulación supera los 25m. La función, sobre la forma, la estética o la estructura se impone en un edificio de estas características como requisito esencial.
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