Estrategias y objetivos de la atención primaria
La atención primaria como parte esencial del sistema de salud ha ido tomando cada vez más fuerza. La población envejece, y nuestros pacientes se hacen mayores y muchos de ellos tienen multimorbilidad, es decir que acumulan, hasta seis y diez enfermedades al mismo tiempo y cada una de ellas requiere sus tratamientos, curas y necesidades. Este hecho convierte en más necesario que nunca la existencia de un nivel asistencial, como la Atención Primaria, que actúe de agente de salud para toda esta población.
Al mismo tiempo, es fundamental avanzar hacia un enfoque salutogénico de la atención sanitaria. No deberíamos centrarnos y definirnos a partir de la enfermedad y sus tratamientos, sino a partir de la salud. Es imprescindible preservar y reforzar la actividad preventiva y de promoción comunitaria para prevenir la aparición de enfermedades. Tras esta visión salutogénica, es necesaria la detección de los activos de salud que tenemos en nuestros barrios y en nuestro territorio. Centros cívicos, gimnasios o escuelas deben formar parte de una red comunitaria que actúe de forma activa para fomentar el bienestar de la ciudadanía.
Muchas veces se ha considerado que la Atención Primaria es la puerta de acceso al sistema de salud. Nosotros pensamos que somos la sala de estar del sistema. Es en este nivel de atención que las personas pasan más tiempo de su vida. Estamos poco tiempo de nuestras vidas hospitalizados. Si todo va bien, las personas viven vinculadas a un territorio, con su familia y su comunidad, y es en el centro de salud de referencia dónde existe una relación más fuerte con un equipo de atención sanitaria.
En este entorno comunitario, es muy importante la Atención Domiciliaria, muy característica e inherente a la medicina y enfermería de familia. Es fundamental reforzarla y protegerla para que las personas incluidas en los programas de atención domiciliaria —que suelen ser vulnerables, con limitaciones de movilidad y con muchas patologías— reciban la misma atención que si visitarán el centro de salud. Para poder reforzarla, el personal debe tener tiempo suficiente reservado en sus agendas para tal fin y, además, se pueden sumar nuevas formas de consulta que se han desarrollado en los últimos tiempos, como son las visitas no presenciales o las videoconsultas o estrategias de autocontrol de algunos parámetros de determinadas patologías.
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