The well-placed hospital de Fleet Architects, fue una de las propuestas finalistas para los Wolfson Economics Prize 2021. La propuesta presentada se basó en devolver los hospitales al centro de la ciudad para mejorar la relación entre los equipamientos sanitarios y el estilo de vida de los ciudadanos.

En el siglo XX, los hospitales se entendían como máquinas de curar. Estos edificios de grandes dimensiones se situaban a las afueras de la ciudad, provocando una mala conexión con la red viaria existente. La mayoría de los hospitales estaban a más de 10 minutos del centro de la ciudad, obstaculizando la relación directa entre pacientes y especialistas en caso de urgencia.

Además de producir una contaminación innecesaria por parte de los vehículos que se desplazan hacia el hospital, un edificio de tal envergadura produce un gran coste económico para la ciudad.

Fleet Architects proponen la construcción de hospitales más pequeños, adecuados a su localización, que se sitúen en la malla de la ciudad y den respuesta a las necesidades de la población de hoy en día.

En este apartado del proyecto, la propuesta relaciona la idea de devolver los hospitales al centro de la ciudad, argumentándose en necesidad de vincularlos de manera directa con las residencias para la tercera edad.

Las camas de los hospitales estaban ocupadas al 62% (en 2016) y el porcentaje ha ido aumentando anualmente por pacientes de edad avanzada, debido a un retraso en el alta. Gran parte de las personas mayores hospitalizadas en un centro de salud no necesitan ese tipo de atención, la cual podría ser beneficiosa para algunas que se encuentran viviendo en residencias. El problema principal está en la falta de comunicación entre los trabajadores de ambos centros, ya que dificulta la transferencia de individuos de un lugar a otro.

Desde la pandemia de la COVID-19, se ha visto claramente el colapso de la atención sanitaria, pero se dejado en segundo plano la atención residencial, que se encuentra en la misma situación de demanda de personal. Una de las razones principales es que la transacción de los costos en tiempo del personal es muy alta para ambos sectores, hecho que dificulta la incorporación de especialistas para cubrir estas vacantes.

Construir un hospital de menores dimensiones parece contradictorio, pero su ubicación ayudará a la relación con los demás servicios de atención. Ocupará un espacio más reducido dentro de la ciudad, pero con una mayor capacidad para tratar pacientes médicos agudos. Gracias al traslado del hospital, la antigua localización quedará disponible para el desarrollo de la ciudad.

El modelo existente de residencia para la tercera edad ha quedado obsoleto y se ha beneficiado poco de la imaginación de nuestros mejores arquitectos. Se pueden producir grandes mejoras tanto en la provisión de instalaciones como en la relación de convivencia de los pacientes. La tecnología existente es capaz de mejorar el seguimiento de los pacientes a unos niveles muy elevados, facilitando su control desde el centro de salud más próximo, permitiendo su tratamiento sin necesidad de ser hospitalizados.

En cuanto a la parte económica, el coste de un día de hospitalización en el centro es tres veces mayor que el de un día con asistencia domiciliaria o en una residencia de ancianos. Teniendo en cuenta la inversión necesaria para el mantenimiento de los edificios hospitalarios de gran envergadura, la diferencia económica es un punto a favor para la propuesta de Fleet Architects.

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