La liberalización del mercado del gas natural supone un cambio en la forma de facturar el consumo para los usuarios, ya que desaparece la estructura de tarifa fijada por el Boletín Oficial del Estado (BOE). La forma de facturar en el mercado liberalizado se compone de dos costes: un canon regulado y el coste de aprovisionamiento y margen comercial, según ha explicado Julio Francisco San José Alonso, ingeniero industrial de la Universidad de Valladolid (UVA).

Este combustible está aún lejos de llegar a todas partes y lugares y existe una marginación geográfica porque "para obtener gas natural se necesita que una empresa tenga un gaseoducto cerca de donde está el hospital".

La Unión Europea ha llegado a la conclusión de que hay que regular el tema de la energía. Además, quiere que el comercio sea transfronterizo para toda la región y que se fomente el libre mercado. "Habría que cambiar los mercados regulados de cada país. Pasó lo mismo con el tema del gasóleo, lo consiguió la electricidad y ahora le ha llegado el turno al gas natural", ha dicho.
El cambio de combustible permite un ahorro del 9,66 por ciento

San José Alonso ha estudiado cómo afectaba el cambio de factura de gas en un hospital de 600 camas, mediante las facturas de 2009, "cuando teníamos una tarifa pactada, aunque hay otra parte variable". El precio libre es el que se puede discutir. "La empresa comercializadora fija el sistema de facturación, con dos modelos: la tarifa pactada y la variable según los mercados energéticos internacionales". Los valores medios del ahorro de la factura fueron del 9,66 por ciento -aunque la factura de gas es variable- y de un 5,18 en la factura de cocina, cafetería y laboratorio. "Supone un ahorro, pero hay que valorar durante ese periodo la cotización de los productos de referencia, y ahora está subiendo".

Facturación
El proceso de facturación es muy complejo y aparecen en él un gran número de términos y variables fijadas por diferentes organismos, por lo que el cálculo es complejo y requiere muchas actualizaciones. "Sería deseable separar los cánones y peajes del precio de materia prima y margen comercial, cuyo precio se actualiza con el del resto de materiales energéticas cada trimestre, por lo que puede sufrir grandes variaciones por la cotización de los combustibles. Hay que valorar la referencia de los precios internacionales para saber qué interesa o cómo reducirlos".