El Gobierno renuncia a abrir la batalla entre arquitectos e ingenieros
¿Por qué un ingeniero puede proyectar toda una factoría pero no puede firmar la obra de la vivienda del guardés? Este es el ejemplo que los ingenieros suelen poner sobre la mesa para reivindicar su capacitación a la hora de impulsar obras residenciales y la idea sobre la que gravitaba la propuesta de que esta actividad se abriese también a estos profesionales y no solo a los arquitectos. El cambio, que se comenzó a deslizar hace año y medio y puso en pie de guerra a los arquitectos, no verá la luz de momento, según figura en el anteproyecto de ley que ultima el Ejecutivo para reformar los servicios y colegios profesionales. El Ministerio de Economía ha renunciado por ahora a abrir semejante batalla entre gremios.
El proyecto normativo plantea crear un grupo de trabajo para determinar las atribuciones profesionales en el ámbito de la ingeniería que presentará su propuesta en el plazo de tres meses después de la aprobación de la ley. Hay un cambio en el redactado de la norma con fecha del pasado 7 de julio frente al borrador del 4 de noviembre de 2013 en el que se expresa la preferencia del Gobierno por no abrir el melón. El documento de finales del año pasado recogía la siguiente disposición: "Se constituirá un grupo de trabajo específico para la determinación de las atribuciones profesionales en el ámbito de la ingeniería y la edificación". Pero en el texto del pasado lunes, se elimina la palabra edificación y se ciñe la relación de atribuciones profesionales al ámbito de la "ingeniería".
La ley de colegios profesionales prevista aparca los cambios en la proyección de viviendas.
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