En el Grupo de Trabajo de Seguridad contra incendios de in·hospitecnia hemos dedicado las últimas semanas a tratar y comentar el tema del mantenimiento de los equipos, sistemas e instalaciones de protección contra incendios.

En todos los edificios sanitarios (hospitales, residencias, centros de salud, etc.) el mantenimiento en general es muy importante, pero todavía lo es más en todo lo relacionado con la seguridad contra incendios.
En los edificios sanitarios todo lo relacionado con la protección contra incendios ha evolucionado mucho en los últimos años y en todos los países (exigencia de normativa, sensibilidad relativa al tema, inversión necesaria, etc.).

Entre todos los avances, lo que más ha mejorado es la seguridad activa (detección y extinción de incendios), seguida por la seguridad pasiva. En tercer lugar, la seguridad operativa, que incluye el Manual de Autoprotección, el plan de emergencia, simulacros, implantación y mantenimiento, presenta más dificultades de mejora.

Sin embargo, todavía encontramos algunos edificios y países donde el mantenimiento de las instalaciones de seguridad contra incendios recibe menos atención. Esto puede deberse a que las instalaciones de protección contra incendios son de las pocas en un hospital u otro edificio sanitario que se instalan y mantienen con la esperanza de no tener que usarse nunca.

El mantenimiento de las instalaciones y materiales de protección contra incendios en los edificios sanitarios es especialmente crucial para aquellos ubicados en zonas alejadas de los cuarteles de bomberos o con carreteras sinuosas que alargan los tiempos de llegada (más de 10 minutos) de los bomberos. En estos casos, los equipos de intervención propios de los edificios deben realizar durante más tiempo las acciones de contención y, si es posible, extinción del incendio con sus propios medios (extintores y equipos de manguera).

Exigencia del mantenimiento

En España, el mantenimiento de las instalaciones de seguridad activa contra incendios (detección y extinción de incendios) está regulada por el RIPCI (Reglamento de las instalaciones de protección contra incendios) de 2017 (Real Decreto 513/2017 BOE 159 de 12 de junio de 2017) y sus versiones anteriores de 1993, 1998, 2003 y 2010.