La ventilación ahorra costes, y casi ningún centro la realiza
Es sorprendente el número de centros de salud que no ventilan, si es que hay alguno que ventile, y por lo tanto incumplen la normativa", ha afirmado José Manuel Cejudo, profesor de la Escuela de Ingenieros Industriales de la Universidad de Málaga (UMA), en el XXVIII Congreso Nacional de Ingeniería Hospitalaria, que se ha celebrado en Málaga.
"El 50 por ciento de la energía que se puede abaratar se debe a la ventilación", ha corroborado Juan Manuel Gallardo, ingeniero de la empresa Ingho.
En la mesa redonda Gestión energética integral se establecieron los principales problemas que deben abarcar para combatir el gasto en los hospitales en materia de energía, ya que la nueva normativa pretende que todos los edificios nuevos tengan un consumo de energía casi nulo. "Ese casi indica que hay que reducir el gasto y apoyarse en energías renovables", ha explicado Francisco Arévalo, ingeniero industrial de la Agencia Andaluza de la Energía.
"Debemos controlar de forma continua los rendimientos de nuestros sistemas y consumos, y esto en muchos hospitales no existe", ha señalado el ingeniero de la empresa Ingho. "El consumo en general son facturas eléctricas, hay muy pocos centros sanitarios con calderas o combustible, y en dicha factura viene mezclado iluminación, climatización y equipo, lo que dificulta la posibilidad de evaluar en qué sector se puede reducir gastos", ha añadido José Manuel Cejudo. "Hemos realizado diversas auditorías en las que comprobamos que se obtiene un 60 por ciento de consumo en climatización, algo más de un 20 por ciento en iluminación y el resto en equipos".La reducción de las filtraciones, el control de la apertura de ventanas, mejorar el mantenimiento y rendimiento de los sistemas son algunas de las medidas que desde el punto de vista energético ahorran costes en un complejo hospitalario, y no parecen ser muy complejasEn esta línea, los ingenieros han señalado que para realizar cualquier auditoría en un centro hospitalario hay que analizar el confort. El docente de la UMA ha hecho hincapié en que "hay medidas de ahorro que afectan a la demanda y no al consumo". Además, "en situaciones de confort muy diferentes hay consumos prácticamente iguales. La auditoría en términos energéticos debe llegar a esta conclusión: vamos a conseguir el confort. Una vez obtenido esto, hacemos un cribado y comunicamos a los centros de salud que están gastando demasiado o demasiado poco. Se identifican, se va allí y se ve qué medidas son mejores sobre la demanda y cuáles sobre el consumo o sistema".
Demanda
En cuanto a las medidas sobre la demanda, destaca el cambio de color de los cerramientos. "El color de un edificio parece una tontería, pero afecta mucho al consumo, ya que se puede llegar a ahorrar hasta un 7 u 8 por ciento", ha explicado Cejudo. También el cambio de vidrios simples por dobles, dependiendo del clima, podría ayudar a la demanda, igual que el sistema de sombras. "En verano la mayor parte del consumo se realiza por la incidencia solar; por ello existen parámetros de modelos como es el coeficiente de sombras para mejorar esto y disminuir la demanda y el consumo".
Las filtraciones son muy importantes, porque la cantidad de aire frío que entra en los locales generalmente es enorme.
Ventanas y puertas que se pueden quedar entornadas, muchas veces se abren: "Una medida de ahorro energético evidente es hacer los edificios más herméticos y controlar un poco la ventilación, el enfriamiento gratuito. Vamos a ventilar mecánicamente para conseguir las condiciones de confort adecuadas; en general es una solución muy poco costosa y conveniente", ha declarado Cejudo, quien ha insistido en que "con la mejora del sistema de sombras podría tenerse un ahorro de hasta el 35 por ciento y con el enfriamiento gratuito uno del 30 por ciento".
En esta línea, los ingenieros han propuesto un modelo de simulación que permite integrar las diversas medidas de ahorro, porque hay algunas que son incompatibles. Es decir, el ahorro no es la suma de cada una de ellas.
"El 50 por ciento de la energía que se puede abaratar se debe a la ventilación", ha corroborado Juan Manuel Gallardo, ingeniero de la empresa Ingho.
En la mesa redonda Gestión energética integral se establecieron los principales problemas que deben abarcar para combatir el gasto en los hospitales en materia de energía, ya que la nueva normativa pretende que todos los edificios nuevos tengan un consumo de energía casi nulo. "Ese casi indica que hay que reducir el gasto y apoyarse en energías renovables", ha explicado Francisco Arévalo, ingeniero industrial de la Agencia Andaluza de la Energía.
"Debemos controlar de forma continua los rendimientos de nuestros sistemas y consumos, y esto en muchos hospitales no existe", ha señalado el ingeniero de la empresa Ingho. "El consumo en general son facturas eléctricas, hay muy pocos centros sanitarios con calderas o combustible, y en dicha factura viene mezclado iluminación, climatización y equipo, lo que dificulta la posibilidad de evaluar en qué sector se puede reducir gastos", ha añadido José Manuel Cejudo. "Hemos realizado diversas auditorías en las que comprobamos que se obtiene un 60 por ciento de consumo en climatización, algo más de un 20 por ciento en iluminación y el resto en equipos".La reducción de las filtraciones, el control de la apertura de ventanas, mejorar el mantenimiento y rendimiento de los sistemas son algunas de las medidas que desde el punto de vista energético ahorran costes en un complejo hospitalario, y no parecen ser muy complejasEn esta línea, los ingenieros han señalado que para realizar cualquier auditoría en un centro hospitalario hay que analizar el confort. El docente de la UMA ha hecho hincapié en que "hay medidas de ahorro que afectan a la demanda y no al consumo". Además, "en situaciones de confort muy diferentes hay consumos prácticamente iguales. La auditoría en términos energéticos debe llegar a esta conclusión: vamos a conseguir el confort. Una vez obtenido esto, hacemos un cribado y comunicamos a los centros de salud que están gastando demasiado o demasiado poco. Se identifican, se va allí y se ve qué medidas son mejores sobre la demanda y cuáles sobre el consumo o sistema".
Demanda
En cuanto a las medidas sobre la demanda, destaca el cambio de color de los cerramientos. "El color de un edificio parece una tontería, pero afecta mucho al consumo, ya que se puede llegar a ahorrar hasta un 7 u 8 por ciento", ha explicado Cejudo. También el cambio de vidrios simples por dobles, dependiendo del clima, podría ayudar a la demanda, igual que el sistema de sombras. "En verano la mayor parte del consumo se realiza por la incidencia solar; por ello existen parámetros de modelos como es el coeficiente de sombras para mejorar esto y disminuir la demanda y el consumo".
Las filtraciones son muy importantes, porque la cantidad de aire frío que entra en los locales generalmente es enorme.
Ventanas y puertas que se pueden quedar entornadas, muchas veces se abren: "Una medida de ahorro energético evidente es hacer los edificios más herméticos y controlar un poco la ventilación, el enfriamiento gratuito. Vamos a ventilar mecánicamente para conseguir las condiciones de confort adecuadas; en general es una solución muy poco costosa y conveniente", ha declarado Cejudo, quien ha insistido en que "con la mejora del sistema de sombras podría tenerse un ahorro de hasta el 35 por ciento y con el enfriamiento gratuito uno del 30 por ciento".
En esta línea, los ingenieros han propuesto un modelo de simulación que permite integrar las diversas medidas de ahorro, porque hay algunas que son incompatibles. Es decir, el ahorro no es la suma de cada una de ellas.
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