Las instalaciones son muy importantes y se están llevando entre el 40 y el 50 por ciento del presupuesto total del edificio, ha comentado Ramón Lahoz, arquitecto y profesor de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (Etsam), durante el XXVIII Congreso Nacional de Ingeniería Hospitalaria, celebrado en Málaga (ver DM del 19-X-2010).

Por lo tanto, "si las líneas de los primeros bocetos están mal diseñadas, el edificio como sistema completo no funcionará; por esta razón hay que partir de la primera línea. Cada trazo ha de tener un sentido para que el resultado final sea muy sencillo. Las instalaciones tienen que ser muy intuitivas, igual que el resto del edificio. Las óptimas son las que menos se perciben. Se debe conseguir que el usuario no note la calefacción, que simplemente esté a gusto en el centro".

Lahoz ha enumerado otros principios generales que se deben tener en cuenta al construir un hospital, como la necesidad de consumo y emisiones bajos, y que su mantenimiento sea económico y no afecte a la actividad asistencial. "Todo sin olvidar que hay que proporcionar confort tanto al personal sanitario como al público".

La construcción de un edificio hospitalario tiene que dar salida a todas las necesidades de este tipo de centros, que son bastantes: "No puede estar generado a partir de un capricho, sino de una idea", ha afirmado Natalia López Matesanz, arquitecta también de la Etsam.
La arquitectura y la funcionalidad de un edificio hospitalario tienen que ir de la mano y no deben entenderse la una sin la otra. El resultado final de la construcción y puesta en marcha de un centro hospitalario debe tener como objetivo la sencillez
Controversia
A pesar de la controversia que existe entre los arquitectos y los ingenieros sobre el papel que cada uno desempeña en la construcción de un hospital, López Matesanz ha subrayado que para esta tarea "debe formarse un equipo multidisciplinar en el que los arquitectos convivan con los ingenieros, los paisajistas o los artistas para llevar a cabo un edificio muy sólido. Una de las peculiaridades es que todos los sistemas se integran y ninguno sobra".

Además, López Matesanz ha apostillado que "la arquitectura sanitaria es arquitectura con letras mayúsculas. La funcionalidad es imprescindible, pero no hay que olvidar que un hospital es un edificio público, por lo que tiene un contenido social importantísimo".

Por último, Lahoz ha enumerado acciones clave como separar la actividad asistencial de la infraestructura, conexiones en forma horizontal -más bien hospitales planos-, que son más rápidas" y un tratamiento diferenciado dependiendo de las fachadas: "Las que dan al norte y oeste están cerradas, y las que dan al sur y este, abiertas. Hay que evitar los pasillos oscuros, y la circulación entre el público y el personal sanitario debe ser diferenciada". Lahoz ha concluido afirmando que "hay que echarle imaginación y jugar con cubiertas o falsos techos para aumentar los espacios y hacer que la luz llegue a todas las habitaciones".