La creciente producción de residuos constituye uno de los grandes retos a los que se enfrenta la sociedad moderna.
A pesar de que oficialmente se haya formulado hace años la política de las 3 R (reducción, reutilización, reciclado), lo cierto es que no se ha logrado frenar el problema ni se ven perspectivas de que ello vaya a tener lugar.
La legislación española divide en dos grandes grupos el tema de los residuos. Por una parte los residuos sólidos urbanos, comúnmente llamados basuras, que cuentan con una regulación claramente vetusta, y por otra parte los residuos tóxicos y peligrosos cuya normativa es mucho más reciente.
Los residuos sólidos urbanos han saltado recientemente a la luz pública por la magnitud del problema planteado por el vertedero de La Coruña, pero lo cierto es que el mismo caso podría suscitarse en otras poblaciones aunque con distintas características.
La normativa sobre esta materia es escasa y se basa en una Ley con más de 20 años a sus espaldas y carente de desarrollo reglamentario, al tiempo que a finales de 1996 ningún gobierno ha sido capaz todavía de desarrollar plenamente la normativa europea en la materia.