Hospitales, tecnología y redes. La evolución de la infraestructura de salud post COVID-19
El contenido de esta publicación, impulsada por el Banco Interamericano de Inversiones, se elaboró con la finalidad de comparar, mediante la experiencia de la pandemia, el diseño de los hospitales en la región antes y después de esta crisis sanitaria. Para poder obtener conclusiones basadas en la evidencia, se han desarrollado gran variedad de temas que han afectado en el cambio de paradigma sobre el diseño de los centros, como pueden ser la gestión de redes, la telesalud, la salud digital y el rol de la atención primaria.
La nota técnica se basa en la realización de cinco talleres de análisis sobre las experiencias durante la pandemia de la COVID-19, en cuatro ejes temáticos concretos para conocer los puntos clave que permitan hacer frente a las futuras pandemias basándose en la experiencia.
- El rol, la organización y la gestión de redes de salud
- El reconocimiento de la salud digital como canal de atención y coordinación
- La contribución al sistema de salud de la atención primaria
- La necesidad de contar con establecimientos de salud (hospitalarios y ambulatorios) flexibles y adaptables
Debido a los temas que se tratan en el presente documento, las preguntas están vinculadas al diseño de los hospitales y no a la gestión de estos.
Las epidemias y el incremento de la demanda
La COVID-19 ha supuesto un cambio en el diseño de las infraestructuras sanitarias y en la organización de los servicios de salud. La necesidad de flexibilidad para una mejor reacción e el futuro es una de las principales causas del cambio en la gestión de las redes de salud.
A lo largo del siglo XXI, el ser humano ha sido expuesto a una gran variedad de eventos climáticos, sanitarios y políticos que han incrementado la demanda de la atención sanitaria. A finales del mes de junio de 2022, el COVID-19 había afectado a 541 millones de personas con 6,3 millones de fallecidos. Durante las primeras fases de la pandemia, gran parte de los servicios de salud mantuvieron la gestión de los servicios habituales, además de gestionar un volumen limitado de casos de COVID-19. Debido al incremento de los casos, los servicios de salud llegaron a colapsar por culpa del a aumento exponencial de demanda de atención y el déficit de camas de la unidad de cuidados intensivos (UCI).
La respuesta en red, detallada en el Documento de Marco Sectorial de Salud, permite combinar la efectividad sanitaria, la calidad de servicio y la eficiencia productiva. El diseño y dimensiones de un centro hospitalario puede verse afectado por la existencia de otros hospitales localizados en el mismo territorio, por la gestión centralizada de los servicios de apoyo, por la extensión de la telesalud que tiene un impacto directo en la presencialidad de algunas prestaciones, y por el rol de la atención primaria en la salud que es capaz de reducir la demanda de varios servicios hospitalarios de diferentes magnitudes.
La organización y gestión de la red
Cada país llevó a cabo su respuesta sanitaria basándose en las condiciones de partida previas a la pandemia, dejando al descubierto las brechas y otros problemas presentes en su funcionamiento.
Se llevó a cabo un análisis para caracterizar la organización y el funcionamiento en red correspondientes a un modelo desarrollado por BID para apoyar la implementación operativa de redes de atención, basada en:
- La organización y complejidad de los establecimientos de la red
- La continuidad de la atención en la red
- Los servicios de apoyo (clínico y no clínico) a la red
- La gobernanza de la red
Los resultados derivaron en una red asimétrica con variables vinculadas a los diferentes países, con una tendencia general a fortalecer los hospitales para la atención de pacientes en estado grave, llegando a priorizar exclusivamente las camas críticas que constituyeron una de las métricas permanentes, dando como resultado una respuesta fraccionada que excluía a los hospitales de menor complejidad y a los establecimientos de primer nivel de atención.
La pandemia permitió la puesta en funcionamiento de los mecanismos de coordinación de red centrados en garantizar la continuidad asistencial, teniendo en cuenta el traslado de pacientes, equipos, insumos y personal clave dentro del territorio de cada país.
El servicio de salud digital fue un punto clave para promover servicios esenciales que fueron disminuidos durante la pandemia y responder a la alta demanda asociada a la COVID-19. El contacto entre los equipos de salud y los usuarios a través de las herramientas de comunicación tecnológica incrementó la posibilidad de acceso a las prestaciones de salud.
La necesidad de adaptación inmediata de los hospitales dejó a la vista los problemas de la capacidad y distribución de los centros. Las lecciones extraídas de estas experiencias se organizaron en los siguientes temas específicos:
- El dimensionamiento
- La flexibilidad
- Los flujos de circulaciones
- La accesibilidad de los servicios
- Las áreas libres próximas a los hospitales
- Los servicios complementarios y los servicios de abastecimiento y procesamiento
- La utilización de recursos físicos en salud extrasectoriales
Diseñar la infraestructura de salud del futuro
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