Informe técnico sobre el impacto del apagón general del 28 de abril de 2025 en edificios críticos
Principales problemáticas, lecciones aprendidas y recomendaciones generales para mejorar su resiliencia
El pasado 28 de abril de 2025, a las 12:33 horas, se produjo en la península ibérica un apagón eléctrico de alcance excepcional que dejó sin suministro a prácticamente todo el territorio nacional durante varias horas. En cuestión de segundos, la red eléctrica peninsular quedó completamente desconectada, activando su aislamiento automático del sistema interconectado europeo. La magnitud, rapidez y simultaneidad del colapso lo convierten en un episodio sin precedentes en la historia energética reciente de España.
Aunque el restablecimiento del suministro comenzó de forma progresiva a lo largo del mismo día, las consecuencias inmediatas sobre la operatividad de infraestructuras críticas fueron significativas. El incidente tuvo lugar en plena jornada laboral de un lunes, sin previo aviso ni margen de anticipación, lo que amplificó su impacto en sectores clave de actividad.
Actualmente, Red Eléctrica de España (REE) continúa investigando las causas del incidente. Se han planteado diversas hipótesis, que incluyen fallos técnicos en cascada y posibles debilidades vinculadas a la creciente penetración de fuentes renovables distribuidas. Informes recientes señalan que en los días previos al apagón ya se habían detectado oscilaciones anómalas en la red, y que seis días antes se produjo una combinación inédita de incidencias técnicas. Sin embargo, estas señales no derivaron en acciones preventivas, lo que subraya la necesidad urgente de revisar los protocolos de supervisión, alerta temprana y coordinación entre operadores a escala nacional y europea.
En el ámbito de la edificación, los servicios técnicos responsables de la gestión de edificios críticos identificaron rápidamente que se trataba de una situación anómala, distinta a los cortes ocurridos en otras ocasiones. En este caso, fallaron simultáneamente las dos líneas de media tensión con las que cuentan este tipo de edificios, provenientes de centros de distribución distintos e, incluso, en algunos casos, de compañías diferentes. Además, no se trataba de un corte programado, que suelen realizarse en horario nocturno y con previo aviso por parte de la compañía.
Gracias al conocimiento técnico de los profesionales encargados de la gestión de edificios críticos en todo el país, así como a la aplicación rigurosa de protocolos de mantenimiento y revisión periódica, se logró mitigar lo que podría haber derivado en una emergencia de mayores proporciones. En términos generales, puede afirmarse que los sistemas de emergencia se activaron correctamente y que la mayoría de los edificios consiguieron mantener la operatividad básica y la continuidad de los servicios esenciales.
En este contexto, resulta imprescindible analizar en profundidad el comportamiento de estas infraestructuras ante un escenario real de estrés como el vivido, con el objetivo de identificar buenas prácticas, carencias y líneas de mejora que contribuyan a reforzar su resiliencia frente a futuras situaciones similares.
Estudio realizado
Con el objetivo de transmitir nuestro compromiso y preocupación ante el reciente apagón eléctrico, desde JG Ingenieros han realizado una encuesta dirigida a diversos responsables de la gestión técnica de edificios críticos de referencia. Esta iniciativa busca analizar en detalle la situación vivida, identificar las principales problemáticas generadas y, a partir de ello, proponer soluciones concretas que contribuyan a mejorar el diseño y la resiliencia de nuestros futuros proyectos.
Para ello, se ha enviado un cuestionario a más de 100 clientes, colaboradores y otros contactos de JG involucrados en la gestión de edificios críticos pertenecientes a instituciones públicas y privadas de relevancia en el país. La propuesta ha tenido una excelente acogida, con más de 50 respuestas recibidas por parte de gestores de hospitales, centros de salud, centros logísticos, oficinas, hoteles, museos, bancos, centros de investigación y universidades, entre otros. Esta muestra se considera representativa de la realidad experimentada en edificios críticos ubicados en distintas regiones de España.

Figura 1: distribución de la muestra encuestada de edificios críticos por sector económico
La encuesta se ha centrado en evaluar el impacto del apagón, el comportamiento de las instalaciones en edificios críticos y la afectación a sus actividades. Los datos recogidos han sido tratados con absoluta confidencialidad y utilizados exclusivamente para la elaboración del presente informe, siempre con el consentimiento expreso de los encuestados.
Del total de participantes, un 19 % indicó haber permanecido en situación de emergencia (funcionando con sistemas de respaldo) durante más de 12 horas, en algunos casos hasta 20 horas. Un 56 % operó entre 4 y 12 horas con respaldo, un 19 % entre 1 y 4 horas, y un 5 % durante menos de una hora. Durante estos periodos de emergencia, el 87 % de los encuestados señaló que sus actividades diarias habituales se vieron afectadas. No obstante, en lo que respecta a las actividades críticas, solo un 17 % de los edificios reportaron incidencias, ya que, gracias a la activación de los protocolos de emergencia, se logró mantener la continuidad de los servicios críticos o prioritarios.
Este documento presenta un decálogo con las principales problemáticas detectadas en las instalaciones MEP, así como otro con recomendaciones generales que pueden servir de hoja de ruta para avanzar en la mejora de la resiliencia de los activos.
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