Esta guía fue elaborada por el grupo de investigación Healthy Architecture & City (HAC) de la Universidad de Sevilla, cuya misión es conocer, determinar y desarrollar soluciones arquitectónicas que permitan construir entornos más saludables e inteligentes en edificios y ciudades. Una de sus líneas de investigación es proyectar para la ausencia de memoria.

El grupo de investigación Healthy Architecture & City de la Universidad de Sevilla, ha elaborado una guía sobre residencias para personas con Alzheimer centrada en ofrecer soluciones arquitectónicas que permitan construir entornos más saludables e inteligentes.

En España, más de 270.000 personas viven en residencias de personas mayores y se estima que alrededor del 20% de ellas padecen de Alzheimer. Esta situación plantea la necesidad urgente de adaptar estos entornos a las condiciones específicas de las personas que viven con deterioro cognitivo.

Este documento propone que las residencias para personas con Alzheimer deben organizarse funcionalmente en cuatro grandes zonas: el área residencial, el área asistencial, el área de gestión y los jardines y huertos. Esta organización responde a una lógica integral de cuidado y convivencia, que combina el acompañamiento médico y asistencial con el contacto con la naturaleza y espacios que promueven el bienestar.

Entre las características necesarias se destaca la importancia de contar con amplias zonas al aire libre, como terrazas, jardines y huertos, con el fin de generar entornos seguros y acogedores. El número de residentes debe mantenerse reducido, idealmente entre 70 y 120 personas, para garantizar una atención más cercana y personalizada. Además, las habitaciones deben estar agrupadas en viviendas independientes, preferiblemente en edificaciones de una sola planta, con el fin de facilitar la orientación y la movilidad de los usuarios.

La personalización de los espacios es clave, poniendo especial atención a la estimulación sensorial. Elementos como los colores, olores, sonidos o la orientación espacial ayudan a mantener la conexión con el entorno y favorecen la estabilidad emocional. A esto se suma la incorporación de nuevas tecnologías, como sensores de actividad y sistemas de asistencia remota, que permiten mejorar el seguimiento de los residentes sin invadir su intimidad.

Otros aspectos fundamentales son la presencia constante de iluminación natural, una climatización personalizada que se adapte a las necesidades individuales, y la aplicación del Diseño Universal, con especial énfasis en la accesibilidad cognitiva. Todo ello contribuye a crear entornos que no solo sean funcionales, sino también comprensibles y emocionalmente positivos para quienes los habitan.

Las residencias se estructuran en unidades habitacionales, un concepto clave que busca reproducir las condiciones de una vivienda familiar. Estas unidades se componen de un número reducido de habitaciones, todas con baño individual, y cuentan con espacios comunes como sala de estar, comedor, cocina y acceso a zonas exteriores en contacto con áreas verdes.

El diseño de estas unidades permite crear ambientes cálidos, seguros y acogedores, donde los residentes pueden sentirse en un entorno familiar. Además, todas las áreas están conectadas entre sí mediante caminos y recorridos cuidadosamente pensados, lo que ayuda a reducir la confusión y a promover recorridos fáciles de transitar.

Esta guía ofrece un enfoque innovador y humanizado para el diseño de residencias, en el que el espacio se convierte en un factor activo de apoyo, estimulación y cuidado para las personas con Alzheimer.

Puedes acceder a este documento en la página web de Healthy Architecture & City (HAC) haciendo clic aquí.