Gestión inteligente de instalaciones: La organización sanitaria del futuro
Recomendamos este artículo publicado en MDPI sobre la gestión inteligente de la instalaciones de un hospital escrito por: Tor Åsmund Evjen de St. Olavs Hospital, Abels gate 5 St. Olavs Eiendom, 7034 Trondheim, Norway; Seyed Reza Hosseini Raviz, Dr. Söbah Abbas Petersen y John Krogstie de Department of Computer Science, NTNU-Norwegian University of Science and Technology, 7491 Trondheim, Norway. El artículo está integrado en una edificón especial sobre "mHealth in Smart Cities".
De acuerdo con los requisitos, las expectativas de servicio relacionadas con los edificios están evolucionando con el paso del tiempo, mientras que los equipos que se utilizan para diversos fines están sujetos al envejecimiento y la degradación. El deber principal de los edificios inteligentes, en comparación con los edificios convencionales, es mejorar la eficiencia funcional para sus usuarios y propietarios mediante el uso de la tecnología de comunicación de datos e información. El desarrollo de los edificios inteligentes está ligado al avance de las tecnologías inteligentes y esto ha traído muchos fenómenos nuevos a la industria de la construcción que cambian los entornos de propiedad, usuario y gestión. Los edificios inteligentes óptimos y verdaderamente funcionales incorporan aspectos técnicos y no técnicos que deben tenerse en cuenta en todas las fases del ciclo de vida del edificio. Para ello es necesario que surjan conocimientos técnicos completamente nuevos o que se amplíen los ya existentes, incluida la gestión de instalaciones. La gestión inteligente y funcional de las instalaciones puede contribuir a ahorrar costes y facilitar la utilización de los recursos.
En este sentido, la tecnología del Internet de las Cosas (IoT) cambiará el funcionamiento y el mantenimiento de los edificios. Esto da lugar a eficiencias y ahorros de costes que se derivan de la capacidad de respuesta y la reactividad del nuevo sistema. El desarrollo del IoT permitirá a los gestores conocer mejor el modo en que las personas utilizan los edificios, lo que dará lugar a nuevos enfoques de mantenimiento, un mejor diseño y, finalmente, edificios más productivos. Esto significa que, al cambiar la perspectiva de la productividad y la gestión de las instalaciones, los edificios inteligentes proporcionan servicios útiles, integrados e inteligentes que generan el menor impacto ambiental y los menores costes a lo largo del ciclo de vida del edificio. De hecho, los edificios inteligentes utilizan la tecnología de la información para intercambiar datos en tiempo real. En este sentido, la interoperabilidad, la potenciación de los equipos a través de la información unificada generada por una plataforma del Internet de las Cosas (IoT), y la inteligencia artificial (AI) son los factores de impulso más importantes. En general, los edificios inteligentes ofrecen una amplia gama de beneficios y servicios dentro de un buen entorno de trabajo a los propietarios, los gestores de las instalaciones y los habitantes, y actúan como una plataforma de servicios adicional según las necesidades de las partes interesadas. Por lo tanto, la preparación cuidadosa dentro de la planificación del edificio y la gestión y el mantenimiento altamente profesionales durante el funcionamiento son las funciones clave en la gestión de las instalaciones.
Los gestores de la sanidad se ocupan continuamente de temas relacionados con la seguridad de sus instalaciones, la satisfacción de sus empleados, el aumento de la calidad y la mejora del grado estándar de la atención prestada a sus pacientes, el costoso flujo de trabajo y la ineficacia de los costosos procesos que afectan a sus resultados. Muchas veces, las innovaciones de las tecnologías de la información (TI) para el sistema sanitario aparecen como posibles herramientas de mejora. Los pioneros e investigadores trabajan constantemente para crear nuevas tecnologías que puedan apoyar las operaciones empresariales y mejorar la calidad de las actividades. Los centros sanitarios actuales se enfrentan al aumento del número de pacientes, así como a unas expectativas más altas en cuanto a la experiencia de los pacientes y el nivel de satisfacción como resultado importante de los servicios sanitarios. Para cumplir estos requisitos crecientes, es necesario eliminar los pasos desperdiciados y simplificar el flujo de trabajo. Uno de los principales componentes para lograr un flujo de trabajo eficiente es el seguimiento y la gestión de los activos.
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