Gestión Smart del mantenimiento: Tendencias, tecnologías y necesidades del cliente
Un aspecto esencial de toda máquina o equipo es su mantenimiento, factor que determina en buena medida su eficiencia y la duración de su vida útil. Por esta razón, todas las empresas y entidades necesitan implementar un sistema de gestión óptimo del mantenimiento de sus instalaciones. Actualmente, estamos pasando de una visión correctiva del mantenimiento -que reacciona cuando el fallo ya ha tenido lugar-, a otras que permiten prever en mayor o menor medida los fallos, como la preventiva, la condicional, y la predictiva y prescriptiva. Uno de los elementos que se ha ido identificando como clave, en este sentido, es la capacidad de medir y obtener datos de estos procesos, lo que analizaremos a continuación.
En primer lugar, ¿por qué fallan los equipos?
Las principales causas de los fallos en los equipos suelen ser la falta de planificación en las operaciones, una estrategia de mantenimiento deficiente, o bien tareas de mantenimiento realizadas de forma incorrecta. También influye la falta de repuestos necesarios o la necesidad de un cambio en el diseño o de la instalación.
Las estadísticas apuntan a que aproximadamente un 25% de los fallos en los equipos no se consiguen prever por falta de experiencia o de conocimiento; otro 25% se prevén pero estas predicciones no se comprueban, al tratarse de equipos que no se hallan conectados de forma continua, como por ejemplo equipos de respaldo o SAIs; otro 20% son predecibles, pero aun así lo equipos no se detienen para su reparación, aun sabiendo el riesgo que implica, para maximizar la producción; un 14% son fallos asociados a causas externas a la propia actividad y, por último, el 1% restante son fallos que no son predecibles ni prevenibles, por lo que hay que aplicar un mantenimiento correctivo.
De estas estadísticas se entiende que, el disponer de datos y de analíticas sobre los fallos, puede ser un importante elemento diferencial para la optimización operacional y la seguridad, ya que permite atender las causas de los fallos incluso antes de que ocurran, con las herramientas adecuadas. Esto repercute en la capacidad de evitar problemas en la distribución eléctrica, ya sean fallos en la conexión, fusiones lentas, descargas parciales o condiciones ambientales adversas.
La tecnología y la digitalización, al servicio del mantenimiento
La clave reside, pues, en los datos que resulten relevantes para los gestores y los operarios de mantenimiento: información en tiempo real de parámetros básicos, documentación técnica como planos o esquemas unifiliares y documentación relativa al fabricante con procedimientos específicos de los activos, la cual debe custodiarse de forma segura y, si estamos dotados de servicios externos, disponer de tales recomendaciones analíticas sobre el estado y uso de los dispositivos a mantener.
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