Los hospitales y centros sanitarios afrontan el desafío de contener la propagación de infecciones nosocomiales. En ellos se concentran pacientes portadores de agentes patógenos y un alto tránsito de personas que puede favorecer su transmisión tanto por el aire como por contacto físico. Esto supone un riesgo significativo para la seguridad de las personas hospitalizadas, visitas y profesionales del centro, por lo que contar con unos accesos que garanticen su contención es fundamental. En este contexto, las puertas automáticas de Manusa contribuyen a la biocontención, en particular, las diseñadas específicamente aquellas unidades más sensibles como quirófanos, UCIs o laboratorios.

Las puertas automáticas suponen una ventaja frente al riesgo de contagio: evitan el contacto físico y favorecen la compartimentación de espacios sin frenar el flujo de personas. En zonas comunes, pasillos o accesos a consultas, ayudan a controlar la circulación y refuerzan las medidas de prevención. Pero en áreas de alta sensibilidad, las puertas deben responder a unos elevados estándares de estanqueidad, higiene y resistencia frente a agentes patógenos.

Puertas herméticas para la biocontención

De entre su amplio catálogo de puertas automáticas, Manusa ha diseñado soluciones específicas para estos entornos tan exigentes. Es el caso de las puertas correderas herméticas, adecuadas para quirófanos, laboratorios y unidades de aislamiento donde se requiere una presión controlada y una higiene extrema.

Cuentan con un sistema de sellado hermético perimetral que garantiza la máxima permeabilidad al aire (clase D según la norma internacional UNE-EN 12207:2017 y clase 4 según la UNE 85170:2016 nacional). Ello impide el intercambio de aire entre zonas y limita la propagación de microorganismos, a la vez que se mantienen estables las condiciones ambientales dentro del espacio que aíslan.