Arquitectura Bioclimática – ATRIOS
Nos encontramos ante una situación de emergencia climática debida a la utilización intensiva de los combustibles fósiles en todos los sectores productivos, incluida la construcción, así como en nuestra vida cotidiana.
Necesitamos una transición energética a un nuevo modelo por razones ambientales, pero también económicas. La soberanía energética nos tiene que permitir no depender de las fluctuaciones y condicionantes de los suministros energéticos externos y es la única forma de mantener la competitividad de nuestras empresas en una economía global.
En el caso de los edificios, la eficiencia energética implica reducir la demanda, la necesidad de energía de un edificio para que las personas estén en situación de confort, así como reducir el consumo energético de las instalaciones, apostando por aquellas con un mayor rendimiento.
El actual borrador de la nueva directiva de eficiencia energética de los edificios da un paso hacia adelante y define los edificios de cero emisiones: su demanda de energía es muy baja y, cuando es técnicamente viable, está totalmente cubierta por energía procedente de fuentes renovables.
Para conseguir la descarbonización en 2050, es necesario que, en aquella fecha, todos los edificios existentes se hayan transformado en edificio de cero emisiones.
La reducción de la demanda de energía del edificio se consigue mejorando los cerramientos, los elementos arquitectónicos que lo separan del exterior (las cubiertas, las fachadas, el suelo en contacto con el exterior, las medianeras y las divisiones con espacios no habitables). Esta mejora se consigue incorporando aislamiento térmico, aberturas más aislantes, protecciones solares, reducción de los puentes térmicos y solucionando las infiltraciones. Como complemento a estas medidas convencionales de mejora de la envolvente térmica, existen las soluciones singulares, soluciones no convencionales o también denominadas de arquitectura bioclimática.
En el análisis de una solución pasiva singular deben considerarse diferentes aspectos, como son los límites respecto del proyecto arquitectónico (características constructivas y funcionales de la solución singular, y beneficios y riesgos que puede comportar); las condiciones climáticas (es necesario definir qué parámetros climáticos tienen afectación sobre la solución singular y qué solución singular es la más adecuada para cada clima), y la gestión y el uso de los usuarios (es necesario aportar documentación para la gestión durante las diferentes estaciones del año).
A partir de los criterios anteriores, para cada solución singular estudiada, se han definido las características, prestaciones, consideraciones normativas y climáticas (comportamiento estacional), criterios de diseño y se han mostrado diferencias y ejemplos de buenas prácticas.
En la presente colección de publicaciones se han analizado diferentes estrategias pasivas óptimas para el invierno, como son la calefacción solar pasiva (atrio, galería). También se han estudiado estrategias pasivas para el verano, como son la ventilación natural, la chimenea solar y la utilización de vegetación. Las soluciones inerciales (elementos constructivos másicos) pueden reducir la demanda de calefacción y de refrigeración.
Los trabajos que se sintetizan en el presente documento forman parte de la continuación de la línea de actuación impulsada desde el Institut Català d’Energia (ICAEN) para la evaluación de soluciones pasivas singulares para edificios con estrategias de consumo de energía casi nulo.
Índice
- Caracterización
- Criterios de diseño
- Justificación de prestaciones
- Justificación de normativa
- Rango de prestaciones
- Buenas practicas
- Bibliografía y referencias
- Anexos
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