Integración de tecnologías audiovisuales en el Hospital Clínic de Barcelona
Cuando hablamos de videointegración y telecomunicaciones, es necesario esclarecer el concepto de integración, que no es más que hacer compatibles entre sí las tecnologías presentes en el ámbito médico y, además, hacer explotables y utilizables los datos e imágenes de un modo razonablemente sencillo para los profesionales sanitarios.
De soluciones de videointegración existen muchas. De hecho, cada proveedor tiene su propia solución, muchas veces cerrada. Existen hospitales, como el nuestro, que optan por tener su propia solución de videointegración, lo que requiere contar con personal especializado en este tema y, principalmente, que detrás exista una finalidad precisa que motive esa integración.
El objetivo del Hospital Clínic de Barcelona al crear su propia solución de videointegración es doble: en primer lugar, mejorar la atención sanitaria que reciben los pacientes a través de la optimización del proceso médico; en segundo lugar, que la videointegración haga posible una analítica de datos médicos tanto textuales como audiovisuales.
Desde el año 2010, el hospital ha realizado una gran apuesta por la videointegración contando siempre con las tecnologías disponibles en el mercado en cada momento. Entre 2010 y 2011 se realizó una transformación del bloque quirúrgico del pabellón 4 con 16 nuevos quirófanos. La tecnología que implementamos en ese momento ha quedado obsoleta por los avances tecnológicos en este campo, pero en su día nos permitió realizar el salto hacia la imagen digital con una calidad HD y 3D. Hoy en día, el paradigma es completamente diferente: hablamos de 4K, una mejora sustancial de la resolución de la imagen que ofrecía la alta definición o HD.
Tenemos que tener presente que va más rápido el avance de la imagen médica que las infraestructuras que disponemos en los hospitales. La medicina y la imagen se difuminan cada vez más en un solo campo y la perspectiva actual es que la imagen será cada vez más importante y de más calidad, por lo que la capacidad de gestión será fundamental. Ante este contexto, nuestras apuestas fundamentales son la escalabilidad y la ubicuidad: poder sumar piezas, compatibilizar todo tipo de imágenes, y que pueda verlas cualquier persona con permisos en cualquier lugar y en cualquier ordenador, prácticamente sin delay y con una calidad elevadísima.
Cuando hablamos de videointegración en un hospital, nos gusta distinguir entre dos campos: la videointegración en los espacios médicos, y la videointegración de toda la infraestructura general del hospital. Es decir, y para decirlo de un modo sencillo, la videointegración dentro de las salas y la que tiene lugar fuera de ellas. En el fondo son el mismo campo, pero conceptualmente lo trabajamos de dos modos distintos.
Es aquí donde el Departamento de Infraestructuras e Ingeniería Biomédica del Hospital Clínic ha puesto el foco y, con el partenariado con un desarrollador experto en videointegración, hemos trabajado en la pantalla de control para que sea intuitiva y fácil de usar para el personal.
En primer lugar, en el campo más reducido encontramos lo que es el espacio médico: la integración de las diferentes tecnologías existentes en un espacio acotado y reducido. Un ejemplo reciente de videointegración en nuestro centro hospitalario es el que hemos realizado en el nuevo servicio de Hemodinámica cardíaca. Se trata de un bloque quirúrgico con tres quirófanos donde se practica una cirugía guiada por imagen. En este caso, contamos con más de 10 equipos médicos distintos que generan imágenes: la propia imagen de los arcos C, la angiografía, polígrafos, ivus, catéteres radiales, un ecógrafo e imágenes médicas de otros equipos.
Cuando hacemos un proyecto de videointegración contamos con todas las imágenes médicas que captan los equipos médicos y otro grupo de imágenes complementarias que no se generan en el acto médico, pero que interesa obtener de forma complementaria ya que aportan información valiosa. Son imágenes generadas por cámaras de lámpara o de brazo, que nos dan información extensa y próxima del campo quirúrgico; o cámaras de ambiente que nos dan información general del quirófano y nos permiten conocer aspectos como el número de personas que hay en la sala de intervención, visualizar la iluminación, saber el estado de la cirugía, etcétera; y, por último, pensando en un último estadio de la videointegración tenemos la videocolaboración.
Si juntamos la videointegración y las telecomunicaciones es posible realizar una videocolaboración compartiendo imágenes de forma síncrona entre el exterior y el interior de la sala con la posibilidad que personas distantes interactúen con la imagen. Si existe la voluntad de realizar conexiones con el exterior del quirófano es necesario tener en cuenta algunos aspectos en el interior de la sala. A parte de todas las entradas de vídeo mencionadas —las del equipamiento, las auxiliares y las de videocolaboración— existirán distintas salidas de vídeo. Tenemos una serie de monitores que pueden estar en la misma sala, o en un control, o bien en una sala de reuniones o de monitorización que está en otro nivel del hospital, por ejemplo. Todo esto, aparte de, la posibilidad de hacer grabaciones o docencia, que es otro campo de la videointegración.
Al final, dentro del quirófano tenemos todas las entradas y salidas conectadas a nuestro sistema de gestión. Este sistema de gestión es fundamental y tiene que ser de fácil usabilidad. Si construimos un sistema integración muy rápido, con una latencia baja, y que funciona a la perfección, pero la pantalla de control es muy compleja y de difícil manejo, no servirá de nada ya que el personal médico no la podrá utilizar.
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