Higiene y seguridad: ¿qué grifería adoptar en los establecimientos de salud?

DELABIE | ABRIL 2025
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En los establecimientos de salud, al igual que en los espacios públicos, combatir la proliferación bacteriana en el agua sanitaria es un desafío constante.

Las infecciones derivadas de un control inadecuado de la higiene en las redes de agua pueden ser potencialmente graves.

Mezclar el agua lo más cerca posible del punto de consumo es una técnica eficaz para abordar este problema.

 

Un problema: la proliferación bacteriana en las redes de agua

Con el tiempo, se forma una película natural que recubre el interior de las tuberías y griferías de agua: el biofilm. Las bacterias presentes en el agua se adhieren a esta capa, que les proporciona un ambiente favorable (humedad, temperatura, nutrientes…). Si no se controla, el crecimiento bacteriano en las redes de agua puede volverse problemático.

Se calcula que el biofilm es el responsable de un tercio de las enfermedades nosocomiales. Entre las bacterias presentes de manera natural, la legionela y el Pseudomonas aeruginosa pueden causar enfermedades nosocomiales graves, que pueden ser mortales para personas con un sistema inmunológico debilitado.

En el biofilm, la legionela se desarrolla a una temperatura del agua entre 25°C y 45°C. Fuera de este rango, permanece inactiva o es destruida. La contaminación por legionela ocurre cuando el usuario inhala microgotas de agua pulverizadas por los grifos y que contienen la bacteria.

Por su parte, el Pseudomonas aeruginosa se desarrolla a temperaturas de entre 4°C y 42°C (su rango óptimo es entre 30°C y 37°C). Necesita aire y agua para proliferar, por lo que se encuentra principalmente en grifos, mangueras flexibles y en el primer metro de tubería. La contaminación ocurre por contacto directo, a través de una herida o una mucosa.

 

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Obligaciones reglamentarias que respondan a los retos

En 2020, en Francia, se registraron 1.328 casos de legionelosis según el Instituto de Vigilancia Sanitaria. Asimismo, en Europa se identificaron 4,1 millones de casos de infecciones nosocomiales relacionadas con la atención recibida en establecimientos sanitarios, causando 37.000 muertes. Así pues, es un problema de gran magnitud dentro de las redes de agua.

Las autoridades europeas y de cada país han abordado esta cuestión y han establecido, distintos decretos y normas para el diseño y el funcionamiento de las instalaciones sanitarias, así como la obligación de medir la calidad bacteriológica del agua. Puede ver algunos parámetros de normativa comparada en este documento preparado por Delabie. En el caso de España, las últimas normas relativas a criterios de calidad del agua y a la prevención y control de la legionelosis han sido el Real Decreto 3/2023, el Real Decreto 487/2022 y el Real Decreto 614/2024.

 

Una solución técnica eficaz contra las bacterias: tratar el agua lo más cerca posible del punto de uso

Para evitar la proliferación de bacterias, es necesario adoptar dos medidas: reducir al mínimo el agua estancada en los sistemas de agua y garantizar que la temperatura del agua caliente sea superior a 50 °C en todos los puntos del sistema.

Cuando se realiza una derivación en el circuito de agua caliente, el agua en la tubería solo se renueva cuando se utiliza el sistema sanitario. Si no se usa con regularidad, el agua queda estancada y se enfría, alcanzando una temperatura favorable para el desarrollo bacteriano.

Esto es aplicable a todos los establecimientos sujetos a periodos de baja utilización en algunos de sus espacios (hospitales, turismo fuera de temporada, etc.). Por ello, la normativa ERP prohíbe la presencia de más de 3 litros de agua mezclada entre el circuito de agua caliente y el punto de evacuación del agua.

Tratar lo más cerca posible del punto de uso permite acercar el bucle de agua caliente a los aparatos sanitarios. Así se garantiza que el agua circule a una temperatura elevada para impedir la proliferación de microorganismos. Una vez que se han asentado en las tuberías, las colonias de bacterias son difíciles de desalojar, por lo que la prevención en la fase de diseño es una estrategia ganadora.

También es esencial realizar descargas periódicas en los grifos para renovar el agua y mantener un alto nivel de higiene en la red. En este sentido, todas las soluciones electrónicas DELABIE, tanto de grifos como inodoros, permiten realizar descargas automáticas periódicas cada 24 horas después del último uso: sin olvidos.

 

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Establecimientos sanitarios: soluciones adaptadas

Dentro de su gama dedicada a hospitales, residencias de personas mayores y clínicas, DELABIE ofrece grifos monomando para lavabos y duchas que contienen un volumen mínimo de agua estancada y protegen a los usuarios contra el riesgo de escaldamiento.

Además, la grifería de Delabie para estos espacios están equipados con un doble tope de temperatura, lo que facilita el choque térmico. La grifería de Delabie está equipada con limitadores de temperatura máxima, pero es posible accionar el sistema de choque térmico sin necesidad de desmontar la maneta ni cortar el suministro de agua fría). Se permite así que el agua circule a 70°C durante 30 minutos, proporcionando un tratamiento térmico en caso de contaminación bacteriana en la red.

 

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