Lo que las placas solares fotovoltaicas esconden
Las placas solares fotovoltaicas aparecieron para revolucionar nuestro mundo con un gran cambio de paradigma: consumir tu propia electricidad y no depender, o depender menos, de las compañías subministradoras. Claramente, una opción sostenible y muy popular entre todos para aprovechar la energía solar.
Y es que una vez superada la pesadilla del “impuesto al sol” por parte del estado español según el Decreto Ley 900/2015 del ministro Soria (derogado en 2018), y ayudados, ni que sea a nivel psicológico (ya que no llegan nunca los fondos), para los Next Generation, en España hemos pasado de producir el 4% de la energía solar fotovoltaica en el año 2015, al 17% el pasado 2022.
En términos de producción independiente, y de ahorrar en la factura energética de cada uno, es un gran paso. No obstante, con la gran proliferación de estos sistemas, topamos con problemas que no teníamos hasta ahora. Estos paneles se instalan normalmente en las cubiertas de los edificios existentes y comportan riesgos adicionales en términos de incendios. Adicionalmente, es necesario tener en cuenta su mantenimiento, además de tener en cuenta la seguridad de las personas que acceden a llevar a cabo dicho mantenimiento, y también se debería tener en cuenta su posterior reciclaje.
Vamos por partes;
En materia de riesgos de incendio, a esta tecnología le hace falta una regulación específica. Aunque van apareciendo instrucciones de bomberos, ayuntamientos u obligaciones por parte de compañías aseguradoras, no hay indicaciones legales claras y contundentes para su instalación en las edificaciones. Los riesgos asociados a los paneles en cubiertas, de acuerdo con la Fundación de Investigación de la NFPA, son diversos y requieren de medidas de prevención y protección adecuadas. Destaco:
- Techos combustibles, donde el incendio se propague por el propio panel de cubierta, imposibilitando que los elementos de extinción como BIEs o rociadores, si hay, hagan cualquier tipo de efecto.
- Ignición bajo los paneles por incidente eléctrico, como arcos o cortocircuitos que emiten calor y causan el incendio. También pueden ser anomalías en el diseño del panel o del cableado.
- Detección retardada del incendio por no verlo rápidamente como sería en una zona interior, con el consecuente atraso en la comunicación del incendio.
- Reducción del espacio de acceso a bomberos y posibilidad de abrir agujeros en la cubierta para extraer el humo.
- Riesgos eléctricos para el personal de la intervención.
Por estos motivos, a veces, el ahorro económico que supone a una empresa instalar estos paneles, puede quedar compensado por el aumento de la prima de la compañía de seguros.
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