Arquitecto por la ETSAM (1992), diseñador, museógrafo, gestor cultural y activista de la innovación social. Lleva más de 20 años dirigiendo El Taller, estudio de diseño de exposiciones y diseño gráfico que trabaja en las principales instituciones culturales de España (Museo del Prado, Museo Thyssen, Biblioteca Nacional, Centro Pompidou de Málaga, Fundación Mapfre, Fundación Telefónica, Fundación Banco Santander, Fundación Masaveu, etc.). 

De manera paralela a su formación como arquitecto, tejió sólidas relaciones con la música y el arte plástico. La primera le llevó a ser redactor de la revista Cuadernos de Jazz, y la segunda describió una etapa como artista plástico en la que consiguió varios premios nacionales e internacionales, como el Gran Premio de la Bienal de Alejandría (2003). Tiene obra en las colecciones del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, la Biblioteca Nacional, el Museo de Historia de Madrid, la Calcografía Nacional de Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, el MIDE (Museo Internacional de Electrografía), etc.

En 2011 recuperó y adoptó el piano del Café Central. Bajo su influjo creo Lo Otro, oficina de comisariado musical y sello discográfico, especializada en buscar nuevas formas de exponer la música, donde diseñan, producen y realizan conciertos, festivales y ciclos de música para museos, instituciones culturales y entidades corporativas.  

Su interés por el papel de la cultura como una herramienta de transformación social que mejora la salud de las personas,  le llevan a co-fundar e impulsar la asociación Música en Vena que dirigió desde sus inicios hasta diciembre de 2019. En ese momento crea la Fundación Cultura en Vena, para acercar las artes a entornos sanitarios y a regiones rurales en riesgo de despoblación. Sus objetivos consisten, entre otras cosas, en mejorar las estancias hospitalarias de los pacientes, sus acompañantes y el personal sanitario; también trabajan para crear oportunidades laborales para profesionales del sector cultural —principalmente artistas, músicos y mediadores culturales—, generando nuevos circuitos y ecosistemas. Todo ello se vertebra a través de acciones culturales como exposiciones, conciertos y otras prácticas artísticas especialmente comisariados para esos públicos, y con una vocación de incidencia política para que desde las instituciones públicas se dé soporte a las prácticas artísticas en entornos sanitarios.