Papel clave del profesional sanitario en las unidades de reprocesamiento de dispositivos médicos

Matachana International Education Center | NOVIEMBRE 2023
Gestión Servicios Hospitalarios Tecnología Papel clave del profesional sanitario en las unidades de reprocesamiento de dispositivos médicos

Este artículo fue publicado originalmente en el blog de la página web de Matachana el 18 de octubre de 2023.


Contar con personal capacitado en las unidades de reprocesamiento es esencial para prevenir infecciones hospitalarias. La formación garantiza, indirectamente, la seguridad de los pacientes durante y después de la cirugía.

La implementación de un sistema integral de gestión de la calidad, así como el cumplimiento normativo, son necesarios para prevenir fallos en cada una de las etapas de reprocesamiento y de esta forma, mantener la integridad de los dispositivos médicos.

 

Responsabilidades del personal en las RUMED1

Los departamentos de procesamiento estéril son la columna vertebral de los hospitales y centros quirúrgicos. Sin un staff bien formado y orientado al detalle y la minuciosidad, las probabilidades de que las tasas de infección del hospital aumenten, se incrementan. Y como bien sabemos, las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria (IRAS) son extremadamente peligrosas para la salud pública.

Es por ello, que la formación adecuada del personal de las RUMED es crucial y revierte directamente sobre la seguridad de los pacientes durante y después de la cirugía, por lo que es fundamental que este conjunto de profesionales desempeñe sus responsabilidades correctamente.

El personal de estos servicios es el encargado de muchas acciones que, de forma indirecta, repercuten sobre la correcta atención al paciente. Citamos, a continuación, algunos ejemplos de los cometidos habituales de este equipo humano:

  • Recogida de los sets e instrumentos contaminados procedentes de todos los puntos cliente del hospital.
  • Clasificación de los sets e instrumentos individuales contaminados, para la selección del proceso manual/automático que haya sido validado por el hospital.
  • Descontaminación de todos estos instrumentos y dispositivos sanitarios.
  • Inspección y preparación de las bandejas, cajas, contenedores y bolsas de material previo a su esterilización en los diferentes equipos.
  • Envasado y empaquetado de los instrumentos para su esterilización en base a las tecnologías disponibles en el Centro Sanitario y en conformidad con las Instrucciones de Reprocesamiento de los fabricantes de dispositivos médicos.
  • Control y manejo de los equipos de esterilización
  • Entrega del conjunto de instrumentos esterilizados a salas quirúrgicas y otras áreas de atención al paciente
  • Mantener registros detallados de todos los procedimientos efectuados en la Unidad de Reprocesamiento.
  • Controlar y solicitar los consumibles necesarios para mantener y garantizar la funcionalidad del servicio, vigilando las fechas de caducidad y la integridad de envases y recipientes de cada ítem esterilizado.
  • Control del inventario de instrumentos, uno de los capitales más importantes que poseen los centros sanitarios y en muchas ocasiones, poco vigilado.
  • Realizar una trazabilidad completa y documentada de todos los materiales procesados, para obtener una información en tiempo real del estado aséptico y ubicación de cada material procesado.

El personal de reprocesamiento debe garantizar que los procedimientos desarrollados en este servicio sean conformes con las guías y recomendaciones locales e internacionales, para que sus pacientes puedan estar seguros durante el procedimiento quirúrgico. El personal debe tener en cuenta todas las medidas necesarias para eliminar los microorganismos y sustancias potencialmente dañinas sobre el instrumental médico, lo que hace que las RUMED sean un servicio estratégico en cualquier centro sanitario.

 

Factores que incrementan la incidencia de eventos adversos

Con frecuencia, el propio personal sanitario percibe erróneamente que la esterilización por sí sola es suficiente para garantizar que los instrumentos estén listos para su reutilización. Como sabemos, el reprocesamiento de los dispositivos es una práctica de varias etapas donde se incluye una limpieza adecuada seguida de desinfección y/o esterilización. Un fallo, en cualquiera de estas acciones, amenaza la integridad del proceso, lo que supondría un riesgo de contaminación del instrumental y por ende, de nuestros pacientes.

Tanto el nuevo Reglamento Europeo de Dispositivos Médicos (MDR 2017/745) como la FDA, exigen a los fabricantes de productos sanitarios el suministro de instrucciones de uso detalladas (IFUS, por sus siglas en inglés) para el reprocesamiento correcto mediante procesos validados. Estos documentos proporcionan una guía para los profesionales de la salud sobre cómo limpiar, desinfectar, esterilizar y mantener la funcionalidad del instrumental de manera segura antes de una reutilización en cualquier procedimiento sanitario.

Además de los retos intrínsecos asociados a todos estos procesos, existen otros factores que pueden incrementar la incidencia de determinados eventos adversos:

  • La presión ejercida sobre estos servicios para que entreguen rápidamente los instrumentos en los procedimientos programados, en muchos casos, con carencia o insuficiente stock, lo que podría obligar al personal a adoptar atajos/prácticas arriesgadas.
  • IFUS largas, complejas y confusas por parte de los fabricantes, lo que puede dificultar, el reprocesamiento del instrumental más complejo.
  • Retrasos en la llegada de los instrumentos “prestados” por parte de proveedores externos y que deben ser reprocesados antes de su envío a quirófano.
  • Solicitudes de reprocesamiento fuera de los horarios normales de trabajo de la RUMED.
  • Formación inadecuada del personal que no trabaja habitualmente en estos servicios y que deben atender las solicitudes de materiales fuera del horario de trabajo: noche, urgencias, fines de semana, etc.
  • Deficiente comunicación entre el personal de quirófano y el de la Unidad de Reprocesamiento, para alinear las necesidades de cada servicio.
  • Falta de implementación de procedimientos estandarizados y trazables en determinadas fases del círculo de reprocesamiento, lo que puede conducir a una carencia en la repetitividad de los procedimientos y en su documentación.
  • Y en algunos casos, un entorno de trabajo poco ordenado e ineficiente, propenso a las distracciones.

Tampoco debemos olvidar que constantemente, nuevos dispositivos médicos vinculados a innovadoras prácticas quirúrgicas llegan a nuestros Hospitales, lo que supone una actualización y adaptación tecnológica progresiva del servicio y de igual manera, de su personal.

 

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