Nuevas salas de Resonancia Magnética del Hospital Clínico Universitario de Valencia
La renovación del Servicio de Radiología en el Hospital Clínico Universitario de Valencia representa un hito importante en la modernización de las infraestructuras sanitarias de la provincia. Este proyecto, promovido por el Departamento de Salud Valencia Clínico-La Malvarrosa de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública, fue llevado a cabo por el equipo de LECOC Arquitectura.
El objetivo principal consistió en la creación de dos salas de resonancia magnética en la planta sótano -1, incluyendo sus respectivas salas de control y áreas técnicas anexas. Asimismo, se incorporaron espacios complementarios como un mostrador de recepción, sala de espera, cabinas para el cambio de ropa y una sala de informes con cuatro puestos de trabajo.
La solución adoptada buscó integrar las nuevas salas manteniendo la operatividad de las instalaciones existentes. Para ello, se conservaron elementos técnicos adyacentes —como el transportador neumático y la fosa séptica— con el fin de evitar interferencias durante la ejecución de la obra. También se reubicó un ropero existente, acercándolo a la zona de lavado, lo que permitió mejorar la distribución del espacio y optimizar el funcionamiento de la sala de espera y otras áreas comunes.
La ejecución del proyecto se dividió en dos fases. La primera incluyó la reubicación del ropero y del rack del almacén, así como la creación de un aseo adaptado y un despacho. La segunda fase se centró en la demolición de la zona de consultas y la posterior construcción de las nuevas salas de resonancia, además de la modificación de las salas de TAC y su correspondiente sala de control.
Para minimizar el impacto de las obras en el funcionamiento habitual del hospital, se planificaron los trabajos más ruidosos durante las horas de menor actividad, y se coordinaron las intervenciones más críticas en los días de menor afluencia. Asimismo, se implementaron medidas de seguridad específicas, como la instalación de barreras para el control del polvo y la gestión adecuada de los residuos generados.
La instalación de fontanería y saneamiento en la zona ampliada del hospital fue diseñada conforme a las normativas del CTE y del RITE. Se proyectó una red de fontanería independiente, con acometidas, llaves de corte y tuberías dimensionadas para garantizar la presión adecuada en los equipos receptores. También se instalaron desagües en PVC sanitario y cierres hidráulicos accesibles, que facilitan el mantenimiento periódico.
En cuanto a la instalación eléctrica, se desarrolló un sistema independiente para la nueva zona, alimentado a través de un cuadro eléctrico conectado a un grupo electrógeno. Se incluyó, además, una red de voz y datos con tomas RJ-45 y un nuevo rack. Finalmente, se dotaron todas las áreas de sistemas de protección contra incendios y de suministro de gases medicinales, garantizando la seguridad y el cumplimiento de la normativa vigente.
El plazo total de ejecución se estimó en tres meses, logrando una obra eficiente y efectiva que contribuye de manera significativa a la mejora de los servicios de salud en la región.
El objetivo principal consistió en la creación de dos salas de resonancia magnética en la planta sótano -1, incluyendo sus respectivas salas de control y áreas técnicas anexas. Asimismo, se incorporaron espacios complementarios como un mostrador de recepción, sala de espera, cabinas para el cambio de ropa y una sala de informes con cuatro puestos de trabajo.
La solución adoptada buscó integrar las nuevas salas manteniendo la operatividad de las instalaciones existentes. Para ello, se conservaron elementos técnicos adyacentes —como el transportador neumático y la fosa séptica— con el fin de evitar interferencias durante la ejecución de la obra. También se reubicó un ropero existente, acercándolo a la zona de lavado, lo que permitió mejorar la distribución del espacio y optimizar el funcionamiento de la sala de espera y otras áreas comunes.
La ejecución del proyecto se dividió en dos fases. La primera incluyó la reubicación del ropero y del rack del almacén, así como la creación de un aseo adaptado y un despacho. La segunda fase se centró en la demolición de la zona de consultas y la posterior construcción de las nuevas salas de resonancia, además de la modificación de las salas de TAC y su correspondiente sala de control.
Para minimizar el impacto de las obras en el funcionamiento habitual del hospital, se planificaron los trabajos más ruidosos durante las horas de menor actividad, y se coordinaron las intervenciones más críticas en los días de menor afluencia. Asimismo, se implementaron medidas de seguridad específicas, como la instalación de barreras para el control del polvo y la gestión adecuada de los residuos generados.
La instalación de fontanería y saneamiento en la zona ampliada del hospital fue diseñada conforme a las normativas del CTE y del RITE. Se proyectó una red de fontanería independiente, con acometidas, llaves de corte y tuberías dimensionadas para garantizar la presión adecuada en los equipos receptores. También se instalaron desagües en PVC sanitario y cierres hidráulicos accesibles, que facilitan el mantenimiento periódico.
En cuanto a la instalación eléctrica, se desarrolló un sistema independiente para la nueva zona, alimentado a través de un cuadro eléctrico conectado a un grupo electrógeno. Se incluyó, además, una red de voz y datos con tomas RJ-45 y un nuevo rack. Finalmente, se dotaron todas las áreas de sistemas de protección contra incendios y de suministro de gases medicinales, garantizando la seguridad y el cumplimiento de la normativa vigente.
El plazo total de ejecución se estimó en tres meses, logrando una obra eficiente y efectiva que contribuye de manera significativa a la mejora de los servicios de salud en la región.
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