El Hospital de A Coruña estrena una técnica mejorada para operar la próstata
El agrandamiento o hiperplasia benigna de la próstata (HBP) se produce en casi todos los hombres a medida que van envejeciendo. Al crecer, la glándula prostática comprime la uretra y genera síntomas tan molestos como incapacidad para orinar, incontinencia o pérdida de potencia en el chorro. Al principio, la mayoría de los pacientes que sufren ese trastorno son tratados con fármacos pero, cuando la dolencia es más grave, con dolor e infecciones, hay que recurrir a la cirugía.
"El tratamiento farmacológico se utiliza en pacientes con síntomas moderados, como una micción más frecuente de lo normal. Los medicamentos pueden disminuir estos síntomas, pero habrá que tomarlos de por vida y, además, hay que tener en cuenta que no eliminarán el problema", explica el jefe del Servicio de Urología del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), Venancio Chantada, quien advierte de que, si la enfermedad progresa, "no quedará más remedio que pasar por el quirófano". "Cuando el tamaño de la parte inflamada de la próstata es demasiado grande, hay que recurrir a la cirugía abierta abdominal, que tiene un elevado riesgo de sangrado y obliga a los pacientes a permanecer hospitalizados durante varios días. En caso contrario, el tratamiento quirúrgico convencional es la resección transuretral de próstata (RTUP), es decir, la extirpación de parte de la próstata a través de la uretra", apunta el doctor Chantada.
Desde hace algunos años, la hiperplasia benigna de la próstata (HBP) se puede operar, también, mediante una técnica mínimamente invasiva, la fotovaporización con láser, un procedimiento que evita el sangrado y reduce considerablemente el tiempo de ingreso hospitalario, aunque resulta más costoso.El procedimiento es más eficiente que los métodos convencionales y evita el sangrado tras las intervenciones para corregir el agrandamiento de la glándula prostática
"El tratamiento farmacológico se utiliza en pacientes con síntomas moderados, como una micción más frecuente de lo normal. Los medicamentos pueden disminuir estos síntomas, pero habrá que tomarlos de por vida y, además, hay que tener en cuenta que no eliminarán el problema", explica el jefe del Servicio de Urología del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), Venancio Chantada, quien advierte de que, si la enfermedad progresa, "no quedará más remedio que pasar por el quirófano". "Cuando el tamaño de la parte inflamada de la próstata es demasiado grande, hay que recurrir a la cirugía abierta abdominal, que tiene un elevado riesgo de sangrado y obliga a los pacientes a permanecer hospitalizados durante varios días. En caso contrario, el tratamiento quirúrgico convencional es la resección transuretral de próstata (RTUP), es decir, la extirpación de parte de la próstata a través de la uretra", apunta el doctor Chantada.
Desde hace algunos años, la hiperplasia benigna de la próstata (HBP) se puede operar, también, mediante una técnica mínimamente invasiva, la fotovaporización con láser, un procedimiento que evita el sangrado y reduce considerablemente el tiempo de ingreso hospitalario, aunque resulta más costoso.El procedimiento es más eficiente que los métodos convencionales y evita el sangrado tras las intervenciones para corregir el agrandamiento de la glándula prostática
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