El consejo de administración del ICS, en el que están representados sindicatos, profesionales, pacientes entidades municipales varias conselleries, aprobó ayer que el hospital Arnau de Vilanova en Lleida y los 25 centros de asistencia primaria de Girona se conviertan en las dos primeras entidades filiales que ensayen su descentralización a partir del año que viene. Serán a ectos prácticos dos empresas públicas autónomas que podrán actuar como tales.

De cara a los pacientes no cambian mucho las cosas, aunque se pretende que se pueda mejorar la asistencia sin gastar más. De cara a los trabajadores, las condiciones deberían ser las mismas, porque el personal es 90% estatutario (parecido a funcionario). Sólo los nuevos contratos tendrán condiciones semejantes a los demás equipos de la red pública no ICS, que son mayoría en Catalunya.

Las grandes diferencias serán básicamente de gestión. Según explican en el Institut Català de la Salut, las nuevas entidades filiales podrán establecer sus propias reglas tanto en materia de contratación laboral como con los proveedores y adaptarse así a las necesidades específicas de entorno local del hospital o de la agrupación de centros de primaria.

Por ejemplo, como los 25 equipos de primaria tendrán un NIF propio común, podrán comprar las pruebas complementarias (radiografías, ecografías, análisis...) a los centros públicos o privados que mejores condiciones le ofrezcan, en lugar de usar lo que se contrate desde la central del ICS en Barcelona. También está previsto que puedan ganar nuevos recursos extra a través del cobro a compañías de seguros en casos de accidentes de tráfico o de atención a extranjeros. Ese dinero no irá a parar al ICS, sino a la filial convertida en empresa pública.

El proceso, de cinco años, arranca en el hospital de Vilanova y los CAP de Girona.

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