No habrá pacto de Estado por la Sanidad. No, por el momento. Los grupos parlamentarios en el Congreso de los Diputados no han conseguido ponerse de acuerdo para presentar un documento consensuado que garantice la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS), tras casi dos años de reuniones, comparecencias y negociaciones. Es decir, los grupos no han conseguido consensuar las medidas para hacer frente al déficit del sistema público de salud, que según cálculos optimistas asciende a 12.000 millones de euros.

El texto, presentado ayer por el diputado de Izquierda Unida y presidente de la Comisión de Sanidad del Congreso, Gaspar Llamazares, en la última reunión de la subcomisión parlamentaria habilitada para este fin, se ha encontrado con el rechazo de PP y CiU y con la abstención del PNV.

Tanto Llamazares como la portavoz socialista Pilar Grande han coincidido en achacar la postura de CiU y PP a "condicionamientos políticos"; los primeros, por afrontar un periodo electoral en Catalunya, y los segundos, por no querer dar "un triunfo" a la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez. Llamazares culpó directamente a "la derecha" de haber "reventado el pacto". El diputado de IU explicó que, a su juicio, "el PP ve cerca el Gobierno y no ha querido compromisos" y "CiU está en campaña electoral y ha considerado que tenía que bajarse del acuerdo". Quien ha dirigido durante dos años el trabajo de la subcomisión expuso que esta ya había prorrogado su mandato a petición del PP (el documento debía haber estado aprobado antes del verano) y agotado un plazo más que prudente para alcanzar, siquiera un conjunto de conclusiones".

Llamazares reconoció que durante todo este tiempo se avanzó en algunos terrenos como la universalización de la sanidad, pero que no ha sido posible salvar el pacto.

Los socialistas e IU acusan a PP y CiU de anteponer intereses políticos a una cuestión de Estado
Instantes más tarde era el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, quien negaba que su formación hubiera dinamitado el pacto. Duran afirmó que no compartía los planteamiento de Llamazares y que CiU sencillamente había pedido seguir con el diálogo, a pesar de que había algunas propuestas que iban frontalmente en contra del modelo sanitario catalán.

Pese a esta ruptura, nadie duda de que en un futuro nada lejano los grupos políticos deberán volver a sentarse a debatir sobre la sostenibilidad del sistema de salud, porque no hacerlo implicaría el fin del mismo, como todos los grupos han indicado por activa y por pasiva desde el inicio de los trabajos de la comisión. El cuándo lo marcarán los acontecimientos e intereses políticos.

Aún quedaría, sin embargo, una posibilidad para salvar el pacto, y es que las comunidades autónomas, que son las principales afectadas por el gasto sanitario (el 30% de sus presupuestos van destinados a esta partida), asuman esta iniciativa. El problema es que al Consejo de Política Fiscal y Financiera no asisten los consejeros de salud. Sin embargo, no es descartable que el Ministerio de Sanidad y las comunidades busquen algún tipo de medida que permita modificar esta situación. Al fin y al cabo, necesitan recursos y los necesitan ya.