El Sistema Nacional de Salud (SNS) se encuentra en una grave situación de endeudamiento que requiere medidas drásticas en política económica. El SNS tiene un déficit que ronda ya los 15.000 millones de euros. El problema es que las propias Comunidades Autónomas están financiando el déficit a costa de los proveedores farmacéuticos y acumulan una deuda sanitaria de 5.000 millones de euros.

Según un informe realizado por la consultora A.T. Kearney para Farmaindustria, este déficit supone entre el 10% y el 15% de los presupuestos asignados por las Comunidades Autónomas al ámbito sanitario. El gasto público total del sistema sanitario español ha crecido a un ritmo medio anual del 9,5% entre 2002 y 2008 y si continúa en esta dinámica la tendencia indica que el gasto sanitario superará los 90.000 millones de euros en 2013.
Durante la presentación del informe, Manuel Pimentel, ex ministro de Trabajo, aseguró que “el sistema sanitario español corre serio peligro y estamos en un momento especialmente delicado. Si queremos mantener el sistema hay que poner dinero, no vale con bajar el salario a los médicos y profesionales sanitarios".

Por su parte, Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI), apuntó algunas recomendaciones para optimizar los recursos como: la creación de nuevos impuestos o tasas específicas sobre el consumo de determinados productos nocivos para la salud como el alcohol o el tabaco; la implantación de un copago sanitario; alentar a los ciudadanos a hacer un uso responsable en el uso de la atención sanitaria; la búsqueda de nuevas fuentes de financiación para el sector sanitario; y por último luchar contra las modalidades de fraude, que también se dan en este ámbito.
Los expertos indican que hay que invertir en sanidad y optimizar recursos en lugar de reducir los salarios a los médicos y a los profesionales sanitarios