El sistema sanitario se enfrenta a un nuevo curso sin la posibilidad de bajar de nuevo sueldos o recortar los precios de farmacia, las dos medidas anticrisis de este 2010. Ahora hay que hacer algomás profundo, a juicio de los expertos que se han lanzado a la arena con informes y debates. Hay un acuerdo general en que la reforma
necesaria es estructural y que pasa necesariamente por cortar con la opacidad, el clientelismo político y la baja productividad.
Tres ejemplos ilustran un periodo marcado por el derroche. La OMS asegura que la ineficiencia de los sistemas sanitarios va del 20% al 40%: entre unos países y otros, la diferencia de gasto es hasta de cien veces; en cambio, la diferencia en mortalidad es de veinte.

Otro caso: los medicamentos en España tienen un copago del 40% para los no pensionistas, pero su participación en el gasto farmacéutico desciende año a año y ahora no llega al 5%, sin ninguna proporción con el número de pensionistas,
que no paga por sus fármacos.
Y el tercero: en plena crisis hay en proyecto la apertura de 90 nuevos hospitales en toda España que podrían atender a unos 12 millones más de habitantes.
La Fundación SIS y el Clínic abren un debate sobre el futuro sanitario
“Algo no cuadra”, resume Raimon elenes, consejero delegado del Clínic y promotor junto con la undación Salud, Innovacióny Sociedad de Novartis de un debate sobre
cómo salvar el sistema nacional de salud, que reunió ayer en el
centro Koplowitzaunos 150 gerentes, políticos e interesados, entre ellos, los que se barajan como posibles nuevos consellers de Salut.
Los expertos que centraron el debate pertenecen a la consultoría Antares,
la Fundación Salud, Innovacióny Sociedad (SIS), el Centro Superior de Investigación en Salud Pública de Valencia y el Institut d`Estudis de la Salut de Catalunya.
Y todos ponen el acento en empezar con buen gobierno y transparencia,
así como que la asistencia primaria lidere el sistema. Han elaborado
diez recetas que permitirían la viabilidad del sistema sanitario:
más y mejor evaluación tecnológica, mejora de la productividad
de los profesionales, aumento del copago en farmacia, un nuevo modelo
para atender a enfermos crónicos, incluir en sanidad la atención
personal sociosanitaria, invertir en prevención realmente eficaz, compartir
servicios entre proveedores, reordenar la medicina superespecializada
(que no haya seis hospitales de guardia para trasplantes de
riñón en Barcelona), mejorar la seguridad del paciente y que curarse
de un cáncer no dependa de donde se viva y, por último, que revierta
la inversión de las TIC en salud.